Retales
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Re: Retales
Retales (XLIV)
…Y llegó el día de su regreso.
Desperté de mal humor, entre gotas de lluvia repiqueteando en las ventanas, jaleo de parroquianos en la zona baja de la Rosa y el Martillo y algún que otro sobresalto (residuo de tanta aventura como estaba viviendo), no había descansado bien. Bajé de la cama y al poco salí de la habitación con mi nuevo atuendo. Lo primero, surtirme de agua por si había por delante una larga caminata, afortunadamente ya no hacía falta acudir a las fuentes de la Orden de caballeros, se me hacía tan tedioso como recitar de seguido todos el panteón elfico.
Siempre la misma tónica…" coge el cubo, que descienda suave para que sólo recoja el agua justa y no pese, comienza a recoger la cuerda y alza el balde con el agua. Sujeta bien y ponlo en el borde del pozo. Destapa la cantimplora y llénala" Era siempre lo mismo aunque a veces bien es cierto que el balde acababa por los suelos tal y como estuvo a punto de suceder.
Inmersa en mi rutina no me percaté de los pasos que se acercaban, también es verdad que con la escandalera de Dick, Argyle y los niños correteando entre charcos, poco puede escucharse pero esta vez ni siquiera estaban armando jaleo.
Noté como alguien me tapaba los ojos. No reconocí la voz pero el olor tenía algo muy familiar, di un respingo. Aquel aroma a flores, a bosque, a hierbas se metía como una exhalación en mi nariz mientras la voz elfica me preguntaba algo. No podía ser un enemigo, aparte de no tenerlos (creo,) a la luz del día y con la guardia haciendo rondas hubiese sido la muerte del asaltante. No me preocupé pero empecé a prepararme por si se trataba de uno de los bribones que gustan de ciertas bromas a las féminas.
Apenas tuve tiempo de reacción porque mientras me decían “No aguanto más” me giraban hasta ponerme enfrente de quien me tapó hacía nada los ojos.
Era Malakai, Humo al fin estaba de regreso. Me abalancé rodeándole con mis brazos, no sabía si reír, si llorar o si gritar pero no hizo falta nada cuando nuestros labios se fundieron en uno de nuevo.
Nos habíamos extrañado y necesitado los dos en igual medida. Tras nuestro encuentro decidimos ponernos al día en su casa. Había mucho que hablar, mucho que contar y mucho en lo que él debía participar. Llegamos a su jardín y entre risas me abrió la puerta. Yo había estado yendo, dejaba galletas a Bola de pelo y escribía notas para Malakai, por si volvía mientras estuviese ausente, así que al entrar en la casa, las recogí
-¿Ese es mi correo?- Preguntó mientras me salpicaba agua de la fuente del rellano.
-¿Qué correo? Yo no veo ningún correo- Dije yo bromeando y escondiéndolo tras mi espalda.
Intentó hacerse con él sin éxito pero acabé dándoselo.
Se sentó a leer mientras me invitaba a sentarme en sus piernas, algo que hice gustosa.
Leía un mensaje tras otro, sonría y me felicitaba por algunas de las cosas que había estado haciendo. Cerró los ojos y tomó de nuevo mi esencia inspirando suave. Yo, hundí mis manos en su cabello y el resto fue un cúmulo de sensaciones, de sentimientos y de deseos apagados durante un año. Humo estaba de regreso y ahora, para que mi felicidad fuese total, solo tendría que regresar mi querida Gwenn. No obstante, deseo en igual medida la dicha de mi hermana.
Los días fueron transcurriendo, todo estaba regresando a la normalidad. Veía a Malak, seguía con mis quehaceres y seguía como cada día, esperando quizá alguna variante.
Así fue como nos encontramos con Ardeil. Humo estaba con una forma elfica, la misma con la que me gastó una de sus bromas, Ya le había hablado de él pero nunca le había visto. Así pues en una de sus identidades comenzó a entablar conversación con el bárbaro, yo estaba cerca por lo que Ardeil no mostró excesiva desconfianza.
Por lo que ví, y por lo que Humo me dijo después, le gustó. Ahora solo faltaba verle desenvolverse con el peligro acuciando. Le observó con distintas apariencias, tan solo espero que nadie le cuente sobre Humo, quiero que lo vea el mismo, y quiero estar presente porque Ardeil, confía en mi.
El tiempo transcurrió hasta el instante en que Ardeil marchó. Yo quedé con Malak, que tomaba ahora la apariencia que quiero. Seguimos hablando acerca del bárbaro y le conté los deseos de éste por ir al Bosque Alto, a la morada de los bárbaros.
Le dije que se lo había prometido pero que tendría que ser de la única forma que sé que podría protegerle llegado el caso, usando la magia. No hacía falta que Humo me dijese de acompañarnos, como le dije yo ya contaba con su compañía.
A pesar de lo poderoso que es Malak, sigue siendo igual de cauto por lo que quiso asegurarse antes de que nosotros dos pudiésemos velar por el bárbaro. Así pues pusimos rumbo a Bosque Alto.
Los días a su lado parecen no correr, sigue enseñándome cosas, sigue cuidándome sin ser axfixiantemente protector son jornadas de risas, de miradas indicando algo y de combates en camaradería, envuelto todo en canciones, en música…
Estaba amaneciendo cuando entramos en las lindes del bosque. Ambos pudimos ver a uno de los elfos que lo moran, se dejan ver por nosotros y eso sin duda es buen augurio.
Pero allí estaba aquel puente de maderos chirriantes. Antes de cruzar Malak se puso serio.
-Daya, es el momento. Tendremos que contenerlos al otro lado del puente así que prepárate porque va a ser duro.
Y tanto que lo fue, costó superar la primera avanzadilla pero lo logramos, Pero la siguiente…
Había varios en alerta ya, Malakai los contenía pero si lo hacía no podía ayudarme cuando alguno se dirigía hacia mí. Tomó entonces la forma más poderosa, la de un dragón. Corrió hacia mi posición pero a esas alturas me habían arrebatado el estoque y me habían encantado de alguna forma, así que indefensa caí. La voz de Humo fue lo siguiente que escuché –Vamos nena, despierta que sé que puedes. Ashnar ha hecho su trabajo bien- me susurraba porque me sabía bien, simplemente conocía mi forma de remolonear para buscar algo acorde al momento.
-Ay…ay…ay…-dije mientras Humo ya reía – Me duelen hasta las pestañas, ay…- seguí yo, Malakai añadía a la par- Eso es porque las tienes hermosas y preciosas Daya, vamos levántate, anda- Me incorporé despacio y añadí. –Pues si quiere ver algo tendrá que ser el bosque porque yo allí no regreso hasta que me olvide de esto- Humo asentía divertido mientras proponía ir a la posada a tomar algo.
-Yo no sé tú Humo, pero yo necesito algo más fuerte-
-Quien dice algo, dice un aguardiente, un vino una cerveza enana…-
Entre risas y de la mano, salimos a la calle encaminándonos a la posada de Rosa, seguramente allí comenzasen los relatos y las canciones como tantas y tantas ocasiones...
…Y llegó el día de su regreso.
Desperté de mal humor, entre gotas de lluvia repiqueteando en las ventanas, jaleo de parroquianos en la zona baja de la Rosa y el Martillo y algún que otro sobresalto (residuo de tanta aventura como estaba viviendo), no había descansado bien. Bajé de la cama y al poco salí de la habitación con mi nuevo atuendo. Lo primero, surtirme de agua por si había por delante una larga caminata, afortunadamente ya no hacía falta acudir a las fuentes de la Orden de caballeros, se me hacía tan tedioso como recitar de seguido todos el panteón elfico.
Siempre la misma tónica…" coge el cubo, que descienda suave para que sólo recoja el agua justa y no pese, comienza a recoger la cuerda y alza el balde con el agua. Sujeta bien y ponlo en el borde del pozo. Destapa la cantimplora y llénala" Era siempre lo mismo aunque a veces bien es cierto que el balde acababa por los suelos tal y como estuvo a punto de suceder.
Inmersa en mi rutina no me percaté de los pasos que se acercaban, también es verdad que con la escandalera de Dick, Argyle y los niños correteando entre charcos, poco puede escucharse pero esta vez ni siquiera estaban armando jaleo.
Noté como alguien me tapaba los ojos. No reconocí la voz pero el olor tenía algo muy familiar, di un respingo. Aquel aroma a flores, a bosque, a hierbas se metía como una exhalación en mi nariz mientras la voz elfica me preguntaba algo. No podía ser un enemigo, aparte de no tenerlos (creo,) a la luz del día y con la guardia haciendo rondas hubiese sido la muerte del asaltante. No me preocupé pero empecé a prepararme por si se trataba de uno de los bribones que gustan de ciertas bromas a las féminas.
Apenas tuve tiempo de reacción porque mientras me decían “No aguanto más” me giraban hasta ponerme enfrente de quien me tapó hacía nada los ojos.
Era Malakai, Humo al fin estaba de regreso. Me abalancé rodeándole con mis brazos, no sabía si reír, si llorar o si gritar pero no hizo falta nada cuando nuestros labios se fundieron en uno de nuevo.
Nos habíamos extrañado y necesitado los dos en igual medida. Tras nuestro encuentro decidimos ponernos al día en su casa. Había mucho que hablar, mucho que contar y mucho en lo que él debía participar. Llegamos a su jardín y entre risas me abrió la puerta. Yo había estado yendo, dejaba galletas a Bola de pelo y escribía notas para Malakai, por si volvía mientras estuviese ausente, así que al entrar en la casa, las recogí
-¿Ese es mi correo?- Preguntó mientras me salpicaba agua de la fuente del rellano.
-¿Qué correo? Yo no veo ningún correo- Dije yo bromeando y escondiéndolo tras mi espalda.
Intentó hacerse con él sin éxito pero acabé dándoselo.
Se sentó a leer mientras me invitaba a sentarme en sus piernas, algo que hice gustosa.
Leía un mensaje tras otro, sonría y me felicitaba por algunas de las cosas que había estado haciendo. Cerró los ojos y tomó de nuevo mi esencia inspirando suave. Yo, hundí mis manos en su cabello y el resto fue un cúmulo de sensaciones, de sentimientos y de deseos apagados durante un año. Humo estaba de regreso y ahora, para que mi felicidad fuese total, solo tendría que regresar mi querida Gwenn. No obstante, deseo en igual medida la dicha de mi hermana.
Los días fueron transcurriendo, todo estaba regresando a la normalidad. Veía a Malak, seguía con mis quehaceres y seguía como cada día, esperando quizá alguna variante.
Así fue como nos encontramos con Ardeil. Humo estaba con una forma elfica, la misma con la que me gastó una de sus bromas, Ya le había hablado de él pero nunca le había visto. Así pues en una de sus identidades comenzó a entablar conversación con el bárbaro, yo estaba cerca por lo que Ardeil no mostró excesiva desconfianza.
Por lo que ví, y por lo que Humo me dijo después, le gustó. Ahora solo faltaba verle desenvolverse con el peligro acuciando. Le observó con distintas apariencias, tan solo espero que nadie le cuente sobre Humo, quiero que lo vea el mismo, y quiero estar presente porque Ardeil, confía en mi.
El tiempo transcurrió hasta el instante en que Ardeil marchó. Yo quedé con Malak, que tomaba ahora la apariencia que quiero. Seguimos hablando acerca del bárbaro y le conté los deseos de éste por ir al Bosque Alto, a la morada de los bárbaros.
Le dije que se lo había prometido pero que tendría que ser de la única forma que sé que podría protegerle llegado el caso, usando la magia. No hacía falta que Humo me dijese de acompañarnos, como le dije yo ya contaba con su compañía.
A pesar de lo poderoso que es Malak, sigue siendo igual de cauto por lo que quiso asegurarse antes de que nosotros dos pudiésemos velar por el bárbaro. Así pues pusimos rumbo a Bosque Alto.
Los días a su lado parecen no correr, sigue enseñándome cosas, sigue cuidándome sin ser axfixiantemente protector son jornadas de risas, de miradas indicando algo y de combates en camaradería, envuelto todo en canciones, en música…
Estaba amaneciendo cuando entramos en las lindes del bosque. Ambos pudimos ver a uno de los elfos que lo moran, se dejan ver por nosotros y eso sin duda es buen augurio.
Pero allí estaba aquel puente de maderos chirriantes. Antes de cruzar Malak se puso serio.
-Daya, es el momento. Tendremos que contenerlos al otro lado del puente así que prepárate porque va a ser duro.
Y tanto que lo fue, costó superar la primera avanzadilla pero lo logramos, Pero la siguiente…
Había varios en alerta ya, Malakai los contenía pero si lo hacía no podía ayudarme cuando alguno se dirigía hacia mí. Tomó entonces la forma más poderosa, la de un dragón. Corrió hacia mi posición pero a esas alturas me habían arrebatado el estoque y me habían encantado de alguna forma, así que indefensa caí. La voz de Humo fue lo siguiente que escuché –Vamos nena, despierta que sé que puedes. Ashnar ha hecho su trabajo bien- me susurraba porque me sabía bien, simplemente conocía mi forma de remolonear para buscar algo acorde al momento.
-Ay…ay…ay…-dije mientras Humo ya reía – Me duelen hasta las pestañas, ay…- seguí yo, Malakai añadía a la par- Eso es porque las tienes hermosas y preciosas Daya, vamos levántate, anda- Me incorporé despacio y añadí. –Pues si quiere ver algo tendrá que ser el bosque porque yo allí no regreso hasta que me olvide de esto- Humo asentía divertido mientras proponía ir a la posada a tomar algo.
-Yo no sé tú Humo, pero yo necesito algo más fuerte-
-Quien dice algo, dice un aguardiente, un vino una cerveza enana…-
Entre risas y de la mano, salimos a la calle encaminándonos a la posada de Rosa, seguramente allí comenzasen los relatos y las canciones como tantas y tantas ocasiones...
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
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Re: Retales
Retales (XLV)
-Corramos un tupido velo-
Cuando Luciano anunció el concurso de aguja y dedal me encantó, sí… voy tanto a ver a Luchi que he acabado aprendiendo los entresijos de la aguja y el dedal, en Amn siempre se encargaban esos menesteres a las modistas, por lo que lo único que sabía antes de llegar a la Marca sobre agujas era que pinchaban, pero me tuve que dar prisa en aprender si quería ir decentemente vestida cuando Luchi no estaba disponible.
Decidí presentar dos trajes; uno hecho para una jornada en el bosque, con telas tejidas y teñidas con materiales naturales lino, algodón…ningún animal vivo fue usado para la confección, la piel del traje era de un oso muerto, muy reciente…eso sí. El otro era un vestido de fiesta, siendo niña vi uno casi igual, (lo llevaba una caballero de la ciudad de la moneda en un evento social) bastó un instante para que el diseño se quedase en mi mente. Hasta los momentos previos al concurso no sabía quien iba a llevarlos puestos así que se lo pedí a la señorita Katy, ella por su parte hizo lo mismo conmigo. Un buen trato pensé.
¡Que horror! El colorido de los trajes de Katy era algo difícil de describir pero un trato es un trato y los lucí como si fuesen míos. Las ovaciones de los asistentes se escuchaban por toda la plaza del mercado de Sundabar, todos los participantes estábamos muy metidos en el desfile e incluso piropeábamos nuestras creaciones, Lyn llevaba los modelos confeccionados por Keila, Katy lucía los diseñados por mí y yo los diseñados por Katy. Pasaron las horas, los desfiles habían tocado a su fin y era el momento de deliberar.
Los jueces no se decidían así que se anunció una modificación. Entre las tres diseñadoras haríamos en cinco horas un traje para una guerrera, el modelo sería Nerea.
Pregunté si lo desfilaría ya que iba a estar confeccionado para ella y la respuesta fue afirmativa.
¡Jamás te fíes de lo que diga Nerea!
Afortunadamente Luciano tenía por allí algunas piezas y solo tuvimos que elegirlas entre las tres diseñadoras, no sé como acabé yo con eso puesto, pero cuando estuvo terminado y ví que Nerea no llegaba y escuché a Luciano gritar mi nombre… ¡menuda encerrona!
Salí con semejante traje, maza en mano y escudo en ristre, aquel traje no se lo pondría ningún guerrero en su sano juicio, llevaba tan poca protección que sólo podía ser usado por Nerea evidentemente. Hice lo que pude con eso puesto, después de aquél traje que fue nuestro primer uniforme de la Pluma negra (lo desechamos después de Cumbre) no me he ceñido algo con tal escasez de tejido en publico. Pero ¿Qué le vamos a hacer? Pues lo que haría una actriz, interpretar dignamente su papel y después ¡correr un tupido velo!

//Añado el enlace de la historia de Daya en la firma, que no todo han sido Retales
-Corramos un tupido velo-
Cuando Luciano anunció el concurso de aguja y dedal me encantó, sí… voy tanto a ver a Luchi que he acabado aprendiendo los entresijos de la aguja y el dedal, en Amn siempre se encargaban esos menesteres a las modistas, por lo que lo único que sabía antes de llegar a la Marca sobre agujas era que pinchaban, pero me tuve que dar prisa en aprender si quería ir decentemente vestida cuando Luchi no estaba disponible.
Decidí presentar dos trajes; uno hecho para una jornada en el bosque, con telas tejidas y teñidas con materiales naturales lino, algodón…ningún animal vivo fue usado para la confección, la piel del traje era de un oso muerto, muy reciente…eso sí. El otro era un vestido de fiesta, siendo niña vi uno casi igual, (lo llevaba una caballero de la ciudad de la moneda en un evento social) bastó un instante para que el diseño se quedase en mi mente. Hasta los momentos previos al concurso no sabía quien iba a llevarlos puestos así que se lo pedí a la señorita Katy, ella por su parte hizo lo mismo conmigo. Un buen trato pensé.
¡Que horror! El colorido de los trajes de Katy era algo difícil de describir pero un trato es un trato y los lucí como si fuesen míos. Las ovaciones de los asistentes se escuchaban por toda la plaza del mercado de Sundabar, todos los participantes estábamos muy metidos en el desfile e incluso piropeábamos nuestras creaciones, Lyn llevaba los modelos confeccionados por Keila, Katy lucía los diseñados por mí y yo los diseñados por Katy. Pasaron las horas, los desfiles habían tocado a su fin y era el momento de deliberar.
Los jueces no se decidían así que se anunció una modificación. Entre las tres diseñadoras haríamos en cinco horas un traje para una guerrera, el modelo sería Nerea.
Pregunté si lo desfilaría ya que iba a estar confeccionado para ella y la respuesta fue afirmativa.
¡Jamás te fíes de lo que diga Nerea!
Afortunadamente Luciano tenía por allí algunas piezas y solo tuvimos que elegirlas entre las tres diseñadoras, no sé como acabé yo con eso puesto, pero cuando estuvo terminado y ví que Nerea no llegaba y escuché a Luciano gritar mi nombre… ¡menuda encerrona!
Salí con semejante traje, maza en mano y escudo en ristre, aquel traje no se lo pondría ningún guerrero en su sano juicio, llevaba tan poca protección que sólo podía ser usado por Nerea evidentemente. Hice lo que pude con eso puesto, después de aquél traje que fue nuestro primer uniforme de la Pluma negra (lo desechamos después de Cumbre) no me he ceñido algo con tal escasez de tejido en publico. Pero ¿Qué le vamos a hacer? Pues lo que haría una actriz, interpretar dignamente su papel y después ¡correr un tupido velo!

//Añado el enlace de la historia de Daya en la firma, que no todo han sido Retales

La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
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Re: Retales
Retales
-Caminos nevados-
Y como siempre algunas veces se gana mientras que otras se pierde, no obstante casi nadie toma estas palabras en serio, yo lo hago y es algo que me ayuda a no tomar las victorias a la ligera. Ganar, a veces, se convierte en una adicción creando falsos héroes de los que tantos conocemos y que llegan a la realidad a base de sangre y mutilación. En esta ocasión ganamos, derramando sólo la sangre que brotó de las heridas del gran dragón hasta batirse en retirada.
A veces, caminar por la plaza de Nevesmortas trae consigo el comienzo de una aventura, y ésta trae de la mano un relato cantado por trovadores. A fin de cuentas nos nutrimos de tantas y tantas historias en nuestros cantos nacidas de un momento simple o de un arranque de furia
Fue la mera casualidad. Andaba por las calles, sorteando los charcos que la lluvia intensa provoca en la Villa, sigo sin acostumbrarme al clima y al repiqueteo incesante de la lluvia, golpeando los cristales de las ventanas de mi aposento en la posada pero sin embargo, lo monótono del ruido consigue que me duerma como si de una nana se tratase, casi siempre con un libro en el regazo o la pluma cansada de escribir sobre un libro en las manos. Esa noche no paré hasta conseguir una canción para rememorar la huida del gran dragón.
No recordaba a Rashad, aunque según él nos habíamos conocido tiempo atrás, las palabras fluyeron una tras otra contando historias, las suyas hablaban de búsquedas, hablaban de rastros seguidos durante tiempo y así narró como había perseguido las huellas del gran dragón de las cercanías de Abdar. Me ofrecí a acompañarle, he visto sólo una vez a ese dragón, fui con Merlinius, pero no resultó ser agradable para mi integridad, así que tenía una pequeña espina clavada en mi curiosidad y por supuesto estaba a punto de poder arrancarla.
A pesar del peligro que rodeaba la búsqueda del dragón, se nos unieron algunos aventureros. Varios de ellos eran recien llegados, traían consigo sus historias y con ellas sus ansias de grabar su nombre en los anales del libro de los héroes.
La joven Katy fue la primera en unirse al grupo, es ocurrente y divertida pero en la misma medida que desconcertante, me gusta. Poco tardó en añadirse un semiorco, no me gustan pero tampoco tengo la valentía para decirlo así que con el espíritu de supervivencia que poseo, dejé que nos acompañase. Es enorme y parece fuerte, una buena baza para evitar que el peligro se me acercase más de la cuenta, se sumó al poco Zack, es un buen guerrero y con el variopinto grupo que formábamos teníamos que contar con él. Después fue Aer. El arcano sin poder trata de recuperarlo, no sirve como arcano pero sí como guia. Antaño fue un hechicero con mucho poder así que conocía bien su valía en lo que se refería al dragón, no me equivoqué.
Veldrin y ese mediano se nos unieron los últimos.
Veldrín es una pesadilla, chillona, inquieta, no dudaría en dejarla como cebo si nos viésemos en peligro aunque seguro que haría huir al dragón con sus carreritas. Imagino que algún día aterrizará en la realidad, como todos hemos hecho, su acompañante desapareció en mitad de las nieves de los tramos de Abdar.
Fue curioso, quizá el dragón había estado haciendo una batida desde los aires por lo que solo vimos una pequeña manada de osos en nuestro camino. Más allá guardando los secretos nevados junto a las aguas, las criaturas de agua elementales… casi perdemos al semiorco, pero no era su día. Leí sin mucho empeño las palabras escritas en un pergamino y conseguí que abriese los ojos escupiendo cantidades ingentes de agua. Se recuperó y seguimos caminando como insignificantes copos en un mar de nieve.
Llegó el momento y el rugir del dragón se escuchaba fuera de la caverna, conformamos un plan de ataque evitando el aura mágica de la que se rodea la criatura. Entre todos conseguimos hacerle huir, pero dejando en la partida tesoros que seguramente iba amasando en sus cacerías. No contábamos con mucho tiempo hasta que volviese a castigar a los intrusos, con nuestro pago en la mano nos dispusimos a regresar de la forma más segura. Desenrollé un pergamino, con las instrucciones exactas para llevarnos mágicamente a la villa y así fue. Una historia más de un grupo de valientes locos que será recordada durante un tiempo, el justo antes de que una nueva se dibuje ante nuestra mirada.
-Caminos nevados-
Y como siempre algunas veces se gana mientras que otras se pierde, no obstante casi nadie toma estas palabras en serio, yo lo hago y es algo que me ayuda a no tomar las victorias a la ligera. Ganar, a veces, se convierte en una adicción creando falsos héroes de los que tantos conocemos y que llegan a la realidad a base de sangre y mutilación. En esta ocasión ganamos, derramando sólo la sangre que brotó de las heridas del gran dragón hasta batirse en retirada.
A veces, caminar por la plaza de Nevesmortas trae consigo el comienzo de una aventura, y ésta trae de la mano un relato cantado por trovadores. A fin de cuentas nos nutrimos de tantas y tantas historias en nuestros cantos nacidas de un momento simple o de un arranque de furia
Fue la mera casualidad. Andaba por las calles, sorteando los charcos que la lluvia intensa provoca en la Villa, sigo sin acostumbrarme al clima y al repiqueteo incesante de la lluvia, golpeando los cristales de las ventanas de mi aposento en la posada pero sin embargo, lo monótono del ruido consigue que me duerma como si de una nana se tratase, casi siempre con un libro en el regazo o la pluma cansada de escribir sobre un libro en las manos. Esa noche no paré hasta conseguir una canción para rememorar la huida del gran dragón.
No recordaba a Rashad, aunque según él nos habíamos conocido tiempo atrás, las palabras fluyeron una tras otra contando historias, las suyas hablaban de búsquedas, hablaban de rastros seguidos durante tiempo y así narró como había perseguido las huellas del gran dragón de las cercanías de Abdar. Me ofrecí a acompañarle, he visto sólo una vez a ese dragón, fui con Merlinius, pero no resultó ser agradable para mi integridad, así que tenía una pequeña espina clavada en mi curiosidad y por supuesto estaba a punto de poder arrancarla.
A pesar del peligro que rodeaba la búsqueda del dragón, se nos unieron algunos aventureros. Varios de ellos eran recien llegados, traían consigo sus historias y con ellas sus ansias de grabar su nombre en los anales del libro de los héroes.
La joven Katy fue la primera en unirse al grupo, es ocurrente y divertida pero en la misma medida que desconcertante, me gusta. Poco tardó en añadirse un semiorco, no me gustan pero tampoco tengo la valentía para decirlo así que con el espíritu de supervivencia que poseo, dejé que nos acompañase. Es enorme y parece fuerte, una buena baza para evitar que el peligro se me acercase más de la cuenta, se sumó al poco Zack, es un buen guerrero y con el variopinto grupo que formábamos teníamos que contar con él. Después fue Aer. El arcano sin poder trata de recuperarlo, no sirve como arcano pero sí como guia. Antaño fue un hechicero con mucho poder así que conocía bien su valía en lo que se refería al dragón, no me equivoqué.
Veldrin y ese mediano se nos unieron los últimos.
Veldrín es una pesadilla, chillona, inquieta, no dudaría en dejarla como cebo si nos viésemos en peligro aunque seguro que haría huir al dragón con sus carreritas. Imagino que algún día aterrizará en la realidad, como todos hemos hecho, su acompañante desapareció en mitad de las nieves de los tramos de Abdar.
Fue curioso, quizá el dragón había estado haciendo una batida desde los aires por lo que solo vimos una pequeña manada de osos en nuestro camino. Más allá guardando los secretos nevados junto a las aguas, las criaturas de agua elementales… casi perdemos al semiorco, pero no era su día. Leí sin mucho empeño las palabras escritas en un pergamino y conseguí que abriese los ojos escupiendo cantidades ingentes de agua. Se recuperó y seguimos caminando como insignificantes copos en un mar de nieve.
Llegó el momento y el rugir del dragón se escuchaba fuera de la caverna, conformamos un plan de ataque evitando el aura mágica de la que se rodea la criatura. Entre todos conseguimos hacerle huir, pero dejando en la partida tesoros que seguramente iba amasando en sus cacerías. No contábamos con mucho tiempo hasta que volviese a castigar a los intrusos, con nuestro pago en la mano nos dispusimos a regresar de la forma más segura. Desenrollé un pergamino, con las instrucciones exactas para llevarnos mágicamente a la villa y así fue. Una historia más de un grupo de valientes locos que será recordada durante un tiempo, el justo antes de que una nueva se dibuje ante nuestra mirada.
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
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Re: Retales
Retales
-Cosas que pasan, ve a saber el porqué-
Había terminado de hacer mi entrevista a Jacob y Khay, estaba contenta con el resultado pero francamente, tanta bondad e idealismo concentrado me saturaba. Para eso, nada mejor que buscar a un par de trasgos con los que desfogarse. Sí, lo reconozco...rezar nunca ha sido lo mío por eso mismo estoy segura que lo que me pasó es culpa del par de oradores profesionales.
Estaba en Neves Norte, intercambiando opiniones con no recuerdo quién cuando justo perdí la caravana a Sundabar, así que decidí volver a la posada de Rosa y dormir cómoda y calentita esa noche.
Siempre que paso por la plaza, me acerco a ver las últimas noticias que los aventureros dejan al escriba y para mi sorpresa, había una en la que se me reclamaba.
En pocos días La Pluma Negra iba a celebrar otro evento de entretenimiento, el teatro nos lo cedía la dama Lanzagélida pero los decorados y demás atrezo iban a tener que correr por cuenta de la compañía, pero quiso Tymora que a los oídos de un benefactor llegase tal celebración y se ofreciese en prestarnos apoyo. Me entrevisté con él en el teatro, era un ser peculiar pero dadas mis compañías habituales de poco iba a extrañarme a estas alturas. De todas formas pensé que sería un mago hablando por boca de su criatura, una esfinge.
La esfinge me explicó todo, tan sólo quería que le permitiésemos participar en el concurso de adivinanzas y acertijos y a cambio nos proporcionaría los decorados y un libro conmemorativo del evento
Acepté sin consultar a las demás porque estaba más que segura que aceptarían. Firmé el libro de la noche y hasta me pareció que mi nombre se iluminaba.
Volví a la mañana siguiente al punto de partida, Neves norte… lo curioso es que llegué cantando una canción religiosa ante la sorpresa de todos cuantos me conocían. Rezos, oraciones fluían de mi boca como cuando fluyen palabras y versos. Padecía, como supe después, un arrebato de paladinización agudo.
Todos parecían mirarme incrédulos, yo no entendía porqué esas miradas, Keila creía que interpretaba, yo mientras seguía con mi inusitado fervor religioso.
Así entre rezos y aleluyas llegó la noche del concurso. El libro estaba allí, presto para que todos firmasen en él como así sucedió. Cuando terminé de orar fervientemente ví una joven elfa, para mi sorpresa y agrado me mostró su verdadera naturaleza, era mi Gwenn, mi hermana. Ya nada más verme orar se extrañó, como bien dijo yo sólo había mostrado ese fervor cuando pedí a los dioses que no hubiesen vendido aquél vestido de Esmeltarán. No dijo nada. El evento iba a dar comienzo.
Todo estaba realmente precioso, encima del escenario una pétrea figura de la Esfinge, motivos adecuados terminaban la decoración.
Presentábamos a Lyn, la joven trovadora; su voz era increíble y sus composiciones artísticas dejaban ver que pronto se convertiría en una figura del arte. Seguimos después de su emotivo nombramiento como parte de la compañía, con la presentación del concurso propiamente dicho.
Los acertijos eran cantados y los asistentes pugnaban por dar la respuesta a toda adivinanza hecha. Llegó el turno de los participantes…
Uno tras otro su acertijo realizaron, uno tras otro fueron acertados… y sólo quedaba un participante esperado, nuestro mecenas.
Divertido se deshizo de la piedra de su cuerpo, la sorpresa de todos fue tremenda pero más tremenda fue cuando ante la primera respuesta inadecuada, la piedra recubrió al dador de la solución equivocada.
Yo, seguía con mis oraciones quizá con más fervor que antes, era un estado de devoción febril del que apenas logro acordarme. Obligados por la situación, agudizamos todos nuestro ingenio dando al fin las respuestas acertadas, se deshacía la piedra de uno para formarse en otro, apenas quedamos tres sin petrificar. La esfinge hizo su acertijo final
“¿quién de todos vosotros está, pero no es?”
Unos dijeron una cosa, la piedra les recubrió, Gwenn salió de su disfraz diciendo que ella pero no, hasta que al fin alguien dijo mi nombre. Me encontraba entonando cánticos a los dioses cuando de pronto paré…¿Qué diantre hago yo cantando cosas de paladines?”
Todo tornó a la normalidad al recuperar su ser cada asistente. Se hizo entrega de premios y todo concluyó felizmente. ¡Ni un paladín cerca quiero tener al menos en dos años enteros!
Corrieron los días y encontré a mi amado Humo cuando me dirigía a su casa. Me contó que había descubierto un paso desde las profundidades de Felbar pero que no había explorado del todo, me invitó a ir con él. No lo rechacé, me emociona ir de aventura con él, me enseña más de lo que nunca creí que alguien enseñase, además siempre me resulta placentera su compañía, me hace reír, me hace sentir todo y más.
El lugar era sombrío, lleno de túneles y humedades, algunas gotas de agua se escuchaban caer producto de la condensación propia de sitios así, anduvimos por la zona hasta que algo terrible se dibujaba ante nosotros “¡corre Daya, nos vamos de aquí!” Si alguien como él, fuerte como pocos, capaz como casi ninguno dice esas palabras, es que el peligro es tan real como el aire frío de la Marca. Dejamos estar la expedición, ya habría tiempo. Volvimos a su casa y a la mañana siguiente me desperté antes que él. Le dejé dormido profundamente, con su espeso cabello revuelto y su imponente figura salpicada de sus cicatrices relajada. Permanecí mirándole de esa guisa sentada y a medio vestir y sonriendo embobada largo rato. Glotón se encargó de sacarme de mi ensimismamiento y poco después cruzaba el puente de Sundabar.
Al terminar de hacer lo que tenía pendiente no evité como en tantas ocasiones mirar la boca de la alcantarilla de la ciudad, corrían muchas habladurías acerca de lo que allí abajo se podía encontrar y con decisión bajé por la estrecha escalera. El hedor era profundo pero nada que un buen baño no pudiese retirar, caminé por ella encontrando criaturas propias de un lugar como ese y por supuesto ví las primeras evidencias de que las cloacas eran usadas para otros fines.
Medio corroídas ví varias verjas que daban paso a más galerías, las recorrí. Llegó un momento en el que en los túneles enrejados no me permitieron continuar, así que des anduve lo andado hasta el exterior. Me aseé en la posada y tomé el camino de la Bifurcación.
El en sendero encontré a Celline la que se denomina cuidadora de caminos y senderos, sin ella saberlo me anunció la cercanía de mi amado cambiante mientras que me advertía que tuviese cuidado con cierta criatura que se dijo cuidador de los bosques, sí, en efecto se trataba de Malakai. La noche había caído sobre nosotras y la chica hizo un comentario al respecto. Ya intuía que Humo estaba muy cerca. De espaldas a la joven mi precioso y risueño Kobold me saludaba dejando que le viese, mas al decir Celline que no debería andar por la noche por los caminos, el dedo de mi Kobold me señalaba regañándome.
Muchas han sido las ocasiones en las que Humo me pide que evite los caminos durante las horas sin luz, pero sabe igualmente que pocas veces le hago caso, no es excesivamente protector y eso me gusta. Es mi pareja no mi guardián.
Cuando Celline se marchó quedamos solos los dos y le hablé de las alcantarillas, no hizo falta hablar para saber que iba a complacer mi curiosidad.
Avanzamos a la inversa y cerca del puente de acceso a la ciudad tomaba la forma humana con la que decidimos empezar a compartir nuestras vidas.
Justo en ese instante el sol salía, se detuvo, me miró y agarró por la cintura atrayéndome hacia él “Buenos días mi amor” tras eso un jugoso y profundo beso compartido y disfrutado por ambos.
Entramos en los pasadizos subterráneos, bromeando y riendo, hasta que a través de los túneles vimos un agujero en el tabique. Lo atravesamos cautamente y ante nosotros la sorpresa. Era una especie de templo, sus guardianes no eran otros que servidores de Bane, nos deshicimos de ellos y continuamos. No fue fácil, pero al menos en esta ocasión el supremo hacedor de Bane decidió marchar.
Una vez más mí amado compañero sacia mi curiosidad mientras que me invita y yo le incito a que me muestre su ser en cada forma pues se bien que todas son él.
-Cosas que pasan, ve a saber el porqué-
Había terminado de hacer mi entrevista a Jacob y Khay, estaba contenta con el resultado pero francamente, tanta bondad e idealismo concentrado me saturaba. Para eso, nada mejor que buscar a un par de trasgos con los que desfogarse. Sí, lo reconozco...rezar nunca ha sido lo mío por eso mismo estoy segura que lo que me pasó es culpa del par de oradores profesionales.
Estaba en Neves Norte, intercambiando opiniones con no recuerdo quién cuando justo perdí la caravana a Sundabar, así que decidí volver a la posada de Rosa y dormir cómoda y calentita esa noche.
Siempre que paso por la plaza, me acerco a ver las últimas noticias que los aventureros dejan al escriba y para mi sorpresa, había una en la que se me reclamaba.
En pocos días La Pluma Negra iba a celebrar otro evento de entretenimiento, el teatro nos lo cedía la dama Lanzagélida pero los decorados y demás atrezo iban a tener que correr por cuenta de la compañía, pero quiso Tymora que a los oídos de un benefactor llegase tal celebración y se ofreciese en prestarnos apoyo. Me entrevisté con él en el teatro, era un ser peculiar pero dadas mis compañías habituales de poco iba a extrañarme a estas alturas. De todas formas pensé que sería un mago hablando por boca de su criatura, una esfinge.
La esfinge me explicó todo, tan sólo quería que le permitiésemos participar en el concurso de adivinanzas y acertijos y a cambio nos proporcionaría los decorados y un libro conmemorativo del evento
Acepté sin consultar a las demás porque estaba más que segura que aceptarían. Firmé el libro de la noche y hasta me pareció que mi nombre se iluminaba.
Volví a la mañana siguiente al punto de partida, Neves norte… lo curioso es que llegué cantando una canción religiosa ante la sorpresa de todos cuantos me conocían. Rezos, oraciones fluían de mi boca como cuando fluyen palabras y versos. Padecía, como supe después, un arrebato de paladinización agudo.
Todos parecían mirarme incrédulos, yo no entendía porqué esas miradas, Keila creía que interpretaba, yo mientras seguía con mi inusitado fervor religioso.
Así entre rezos y aleluyas llegó la noche del concurso. El libro estaba allí, presto para que todos firmasen en él como así sucedió. Cuando terminé de orar fervientemente ví una joven elfa, para mi sorpresa y agrado me mostró su verdadera naturaleza, era mi Gwenn, mi hermana. Ya nada más verme orar se extrañó, como bien dijo yo sólo había mostrado ese fervor cuando pedí a los dioses que no hubiesen vendido aquél vestido de Esmeltarán. No dijo nada. El evento iba a dar comienzo.
Todo estaba realmente precioso, encima del escenario una pétrea figura de la Esfinge, motivos adecuados terminaban la decoración.
Presentábamos a Lyn, la joven trovadora; su voz era increíble y sus composiciones artísticas dejaban ver que pronto se convertiría en una figura del arte. Seguimos después de su emotivo nombramiento como parte de la compañía, con la presentación del concurso propiamente dicho.
Los acertijos eran cantados y los asistentes pugnaban por dar la respuesta a toda adivinanza hecha. Llegó el turno de los participantes…
Uno tras otro su acertijo realizaron, uno tras otro fueron acertados… y sólo quedaba un participante esperado, nuestro mecenas.
Divertido se deshizo de la piedra de su cuerpo, la sorpresa de todos fue tremenda pero más tremenda fue cuando ante la primera respuesta inadecuada, la piedra recubrió al dador de la solución equivocada.
Yo, seguía con mis oraciones quizá con más fervor que antes, era un estado de devoción febril del que apenas logro acordarme. Obligados por la situación, agudizamos todos nuestro ingenio dando al fin las respuestas acertadas, se deshacía la piedra de uno para formarse en otro, apenas quedamos tres sin petrificar. La esfinge hizo su acertijo final
“¿quién de todos vosotros está, pero no es?”
Unos dijeron una cosa, la piedra les recubrió, Gwenn salió de su disfraz diciendo que ella pero no, hasta que al fin alguien dijo mi nombre. Me encontraba entonando cánticos a los dioses cuando de pronto paré…¿Qué diantre hago yo cantando cosas de paladines?”
Todo tornó a la normalidad al recuperar su ser cada asistente. Se hizo entrega de premios y todo concluyó felizmente. ¡Ni un paladín cerca quiero tener al menos en dos años enteros!
Corrieron los días y encontré a mi amado Humo cuando me dirigía a su casa. Me contó que había descubierto un paso desde las profundidades de Felbar pero que no había explorado del todo, me invitó a ir con él. No lo rechacé, me emociona ir de aventura con él, me enseña más de lo que nunca creí que alguien enseñase, además siempre me resulta placentera su compañía, me hace reír, me hace sentir todo y más.
El lugar era sombrío, lleno de túneles y humedades, algunas gotas de agua se escuchaban caer producto de la condensación propia de sitios así, anduvimos por la zona hasta que algo terrible se dibujaba ante nosotros “¡corre Daya, nos vamos de aquí!” Si alguien como él, fuerte como pocos, capaz como casi ninguno dice esas palabras, es que el peligro es tan real como el aire frío de la Marca. Dejamos estar la expedición, ya habría tiempo. Volvimos a su casa y a la mañana siguiente me desperté antes que él. Le dejé dormido profundamente, con su espeso cabello revuelto y su imponente figura salpicada de sus cicatrices relajada. Permanecí mirándole de esa guisa sentada y a medio vestir y sonriendo embobada largo rato. Glotón se encargó de sacarme de mi ensimismamiento y poco después cruzaba el puente de Sundabar.
Al terminar de hacer lo que tenía pendiente no evité como en tantas ocasiones mirar la boca de la alcantarilla de la ciudad, corrían muchas habladurías acerca de lo que allí abajo se podía encontrar y con decisión bajé por la estrecha escalera. El hedor era profundo pero nada que un buen baño no pudiese retirar, caminé por ella encontrando criaturas propias de un lugar como ese y por supuesto ví las primeras evidencias de que las cloacas eran usadas para otros fines.
Medio corroídas ví varias verjas que daban paso a más galerías, las recorrí. Llegó un momento en el que en los túneles enrejados no me permitieron continuar, así que des anduve lo andado hasta el exterior. Me aseé en la posada y tomé el camino de la Bifurcación.
El en sendero encontré a Celline la que se denomina cuidadora de caminos y senderos, sin ella saberlo me anunció la cercanía de mi amado cambiante mientras que me advertía que tuviese cuidado con cierta criatura que se dijo cuidador de los bosques, sí, en efecto se trataba de Malakai. La noche había caído sobre nosotras y la chica hizo un comentario al respecto. Ya intuía que Humo estaba muy cerca. De espaldas a la joven mi precioso y risueño Kobold me saludaba dejando que le viese, mas al decir Celline que no debería andar por la noche por los caminos, el dedo de mi Kobold me señalaba regañándome.
Muchas han sido las ocasiones en las que Humo me pide que evite los caminos durante las horas sin luz, pero sabe igualmente que pocas veces le hago caso, no es excesivamente protector y eso me gusta. Es mi pareja no mi guardián.
Cuando Celline se marchó quedamos solos los dos y le hablé de las alcantarillas, no hizo falta hablar para saber que iba a complacer mi curiosidad.
Avanzamos a la inversa y cerca del puente de acceso a la ciudad tomaba la forma humana con la que decidimos empezar a compartir nuestras vidas.
Justo en ese instante el sol salía, se detuvo, me miró y agarró por la cintura atrayéndome hacia él “Buenos días mi amor” tras eso un jugoso y profundo beso compartido y disfrutado por ambos.
Entramos en los pasadizos subterráneos, bromeando y riendo, hasta que a través de los túneles vimos un agujero en el tabique. Lo atravesamos cautamente y ante nosotros la sorpresa. Era una especie de templo, sus guardianes no eran otros que servidores de Bane, nos deshicimos de ellos y continuamos. No fue fácil, pero al menos en esta ocasión el supremo hacedor de Bane decidió marchar.
Una vez más mí amado compañero sacia mi curiosidad mientras que me invita y yo le incito a que me muestre su ser en cada forma pues se bien que todas son él.
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
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Re: Retales
Retales
-Porque si algo va mal, siempre puede ponerse peor-
…Y allí estaba yo, sumergida en la enorme bañera llena de agua caliente y aromatizada con hojas de flor de manzano, ese manzano de la arboleda del buen Amendur. Todo iba bien, todo rozaba la perfección más absoluta. A un lado ropa elegante y fuera del alcance de muchos, fuera de la estancia mi vieja flauta travesera dispuesta a expandir notas en escalas infinitas, Humo avivando el fuego en la chimenea, todo era perfecto, todo lo que buscaba había sido encontrado.
Deslicé por la bañera mi cuerpo hasta que quedó cubierto por completo, entorné los ojos y dejé salir el aire por la nariz, unos instantes bastarían, después volvería a abrirlos y mi baño habría concluido. De golpe las voces, de golpe la realidad.
Llovía a cántaros en la Bifurcación, jamás podré vivir vidas suficientes que me hagan aceptar este clima, mi pelo rojo estaba empapado, mi piel fría como la nieve, tiritaba tanto por miedo como por la baja temperatura, sí…estaba en mitad de otra escaramuza enemiga.
Desde hacía tiempo se habían estado sufriendo ataques licántropos, las bestias habían herido, matado e infectado a mucha gente, aun seguían haciéndolo pero si esto ya era malo, peor era que nuestros temores tomasen forma y el imposible pacto entre Orcos y Licántropos ya empezase a no parecer tan hipotético.
Regresaba de casa de Malakai, éste debió salir aun de noche para seguir rastros de lo que hasta ese momento parecía imposible.
La marcha con la nieve cayendo no se hizo problemática, llegué hasta las lindes del bosque de Nevesmortas, descansaría y tomaría un tentempié en el campamento de Lefur pero como siempre pasa, nada sale tal cual se planea.
Las cuatro estaban allí de pie, Zeras, Úrsula, Naldina y Artemis. Ponían las tres primeras en antecedentes a la Montaraz que fruncía el ceño preocupada por lo que estaba escuchando, las ví y me vieron, saludé y escuché todo cuanto se dijo aportando lo que habia visto días atrás. Convinimos en la necesidad de explorar el camino Orco, de sobra es conocido el pasaje entre montañas que lo comunica con el Rauvin y si como sospechábamos habían entrado en contacto teníamos que saber y provocar bajas en sus filas como fuese. La marcha comenzó a mitad de la mañana.
Artemis paró en seco dentro de la espesura del bosque, frunció el ceño y susurró a Zeras “¿Lo has notado también?” Zeras asintió. Huellas, el sendero estaba lleno de huellas, el aire traía quejidos, gruñidos, helaban la sangre de solo escucharlos y lo peor es que sólo éramos cinco.
Avanzamos cautas, con los arcos bien asidos, prestos para arrojar andanadas de flechas directas al enemigo.
De repente el suelo comenzó a temblar casi de forma imperceptible. Los músculos se tensaron y la piel se erizó, llegó el momento de arengar a mis compañeras de camino, llegó el momento de afinar la puntería, llegó el momento de sacar mi sangre ancestral y demostrar que por mis venas no solo corría la sangre artística, también la sangre de la que un día fue un miembro de la elite, un miembro de la guardia Elfica de Evereska, mi madre.
El primer contacto fue fatal, sentir tan cerca el aliento de un licántropo rugiendo, alzando sus garras y ver todo su pelaje salpicado de sangre y vísceras no es algo que se pueda olvidar y yo, no sólo había visto transformarse a algún conocido sino que ahora luchaba por no ser desmembrada por uno de ellos. Conseguimos contener la primera oleada, pero la segunda iba a ser casi inminente. Su primera víctima fue un imponente Ent, la segunda fue la profanación en el Totem animal que sintió Úrsula. Contaban con arcanos poderosos en sus filas añadiéndose al frenesí por el olor de nuestra sangre, Las cinco estábamos heridas, había que aprovechar el interludio entre ataques para sanarnos, así se hizo.
Otra descarga de ira, los licántropos estaban verdaderamente cerca, estaban en las lindes de Nevesmortas, cerca de sur del bosque de Neves, lo peor es que la noche se estaba acercando y nosotras estábamos cada vez más cansadas y en mitad de la espesura del bosque, estaríamos muertas al amanecer si no nos movíamos.
Volvimos a ver huellas, éstas se acercaban y traspasaban el camino, se dirigían por igual a las cercanías del Refugio y tanto Zeras, como Úrsula o Naldina sabíamos la importancia de lo que allí se resguardaba.
Corrimos hacia el lugar, y allí la confirmación de nuestros temores. El pacto parecía un hecho ya.
Por el camino un grupo de Orcos de una tribu desconocida por mí hasta ese momento corría enfurecido hacia nosotras, contaban a su vez con poderosa magia, su ataque fue uno de los más duros que puedo recordar. Caí muy mal herida al igual que Naldina pero afortunadamente hubo tiempo para que apresuradamente se curasen nuestras heridas. A lo lejos y saltando entre cuerpos de Orcos llegaba una figura conocida. Era la misma mujer que tiempo antes había aparecido con la criatura alada cerca de la granja de Nevesmortas, nos ofreció ayuda pues dijo que otro grupo se acercaba aprisa hacia nuestra posición. A pesar de reconocerse como demonóloga y contar con un aliado demoníaco, no pensamos en rechazar lo que nos ofrecía. Estaba en riesgo nuestra vida y por supuesto mucho más.
La siguiente oleada no se hizo esperar, con esfuerzo y tras horas de lucha conseguimos rechazar este nuevo ataque. Ahora era el momento de dar la voz de alarma. Artemis lo hizo con la Flecha, yo di el aviso en la Orden de caballeros.
Dirigiéndome hacia la Villa, observé varios cuerpos petrificados de Osgos, sentí miedo.
Me dispuse a correr hasta que las piernas no me aguantasen pero de repente una voz me llamaba. Era Humo, mi amado compañero.
Presentaba una de sus increíbles formas, era curioso verle con el cuerpo y la voz de mujer aunque con una horrible cara, sabía que era él y me reconforté al tenerle cerca.
Narré lo sucedido a Malakai, me conoce bien y sabía que estaba asustada, más que en otras ocasiones así que, tomando la forma humana me abrazó estrechándome a su pecho. Por primera vez en días me sentí segura. Hubiese permanecido con él pero teníamos que informar.
Nos despedimos, me apresuré a la Villa e informé en la Orden de caballeros.
Justo a las puertas de la Neves escuché los primeros rumores. Si algo va mal, descuida que siempre puede empeorar, en esta ocasión era una orden de busca y captura, viva o muerta. Lyn estaba en verdaderos problemas, el nombre de la compañía de nuevo en entredicho, había que hacer algo pues ni mis compañeras ni yo teníamos la menor intención de colaborar en su captura…
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
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Re: Retales
Retales
-Normas básicas de supervivencia, NO mentir si no se te da bien-
…Era una broma de mal gusto, ahora que al fin habíamos ampliado con un miembro más la compañía, la ponían en busca y captura y todos sabemos lo que significa eso y todos sabemos que si hay una buena cantidad añadiendo el Viva o Muerta, la cosa se pone de color hormiga ¿Dije hormiga? Mejor decir araña.
Allí regresaba yo después de todo cuanto había pasado días atrás, de mal humor por tener que volver a la Orden de los buenos muuuy buenos a informar, encima estaban de luto pero los malos tragos cuanto antes, mejor. Fui a dar mi pésame en mi nombre y en el de la compañía, informé al señor Jacob de lo sucedido en la bifurcación y el bosque ¡y todo eso, sin alejarme de la puerta! que aun no he olvidado mi severo virus paladinizante.
Terminé con mi cometido en la Orden de caballeros y regresé hacia las puertas de Nevesmortas, para justo escuchar los berridos de Frido.
No daba crédito, Lyn estaba en busca y captura, viva o muerta, con una recompensa de nada más y nada menos que doscientas mil monedas. Con su misma pena, el arcano conocido como Unebril. El segundo al parecer ya había sido capturado encontrándose en las instalaciones del cuartel a la espera de su entrega a las autoridades de Fuerte Nuevo, Lyn estaba huida.
Como dije no daba crédito a lo que estaba escuchando, pero desde luego empecé a dárselo cuando apareció una chica ante mí, al fondo el cochero y por el camino Alba.
La desconocida quería saber sobre Lyn, si era una peligrosa asesina, cómo era físicamente…todo lo necesario para lanzarse en su búsqueda y por supuesto, habría muchos más dispuestos, yo misma lo estaría si no fuese porque es una compañera de la compañía y porque las cacerías no me van. La mejor y única opción con ella, era limpiar su nombre y con el suyo el de la Pluma Negra.
Así pues contesté a la joven desconocida “No la conozco tanto” mentía por supuesto pero me daba lo mismo que se notase, Alba ya me miraba incrédula , Úrsula también pero era mejor que la desconocida me creyese una competidora por la recompensa, que facilitarle encontrar a la loca de Lyn y ni Alba ni Úrsula me desmintieron con la joven .
Apenas unas horas después, nos encontramos Keila, Gwenn y yo “Tenemos que hablar y con urgencia” dije mientras que Keila ya tenía intenciones de contarme lo de Lyn.
Fuimos las tres a un sitio apartado, tomamos las debidas precauciones para que nadie nos espiase (sí, nunca se sabe quién y desde donde te espían. La Fata de ese Unebril lo hizo mientras él estaba en los calabozos) y comenzamos a hablar.
-¿Ya os habéis enterado? Lyn está en busca y captura viva o muerta
-¿Pero que es lo que ha hecho esa loca ahora? Y el nombre de la compañía por los suelos de nuevo…
-No lo sé pero hay que encontrar a esa loca antes de que nadie la encuentre.
No conocíamos los motivos de la orden de apresamiento, ni sabíamos el paradero de Lyn pero sí sabíamos que el arcano estaba en las dependencias de la guardia, así que las tres nos dirigimos a mantener una charla con el mago.
Éste nos relató lo sucedido, habían despertado a Maggris la araña que las leyendas decían que habitaba en las profundidades de Felbar, aquella que se alimentaba de hormigas rojas, la misma que los drows capturaron y adoraron creyéndola su diosa, aquella que se creía desaparecida desde que escapó, claro que estos detalles nos los dijo el clérigo Tempusita cuando fuimos a convencerle para que conmutase la pena de Lyn y por ende, del resto. Volviendo a donde estaba… hablamos con el arcano que ante la creencia de una muerte segura de Lyn por mentir al clérigo, por despertar a Maggris y por añadidura por prófuga se desesperó y no se detuvo a pensar el resultado de lo que hizo.Sí, el arcano usó su poder para sacarla del calabozo, quizá pensó que era lo mejor pero desde luego, empeoró su situación y mucho.
Teniendo todos los datos había que dar el siguiente paso, hablar con el clérigo de Tempus y conocer su versión de los hechos para después poner en juego todo el conocimiento y don de gentes que un bardo que se precie debe conocer y dominar, si esto no surtía efecto habría que echar mano del oro (a ser posible no el mio).
Había que limpiar el nombre de Lyn como fuese, el de los demás me daba lo mismo puesto que como dije, la reputación de la compañía estaba en entredicho nuevamente y era lo que contaba. Por supuesto nadie debía saber que llegado el caso buscaríamos a Lyn, todos saben de la relación de las cuatro y es lo que seguramente primero indagarían usándonos para dar con ella. Había que hablar con el clérigo, buscar y encontrar a Lyn y convencerla para que se entregase si no lográbamos liberarla de cargos. Esto último pareció no entenderse puesto que Keila en su temor dijo que no podíamos entregarla a la muerte segura, pero ¿qué tipo de muerte le podría esperar si en su ficha decía viva o muerta? Los caza-recompensas no suelen tener miramientos. Como de costumbre no entendió nada de lo que pretendía.
Así pues y después de hablar con el arcano, todos nos sentamos en la fuente a ver a Dick pasar, no teníamos que perder el tiempo en lamentar la suerte de Lyn ni la nuestra, había que dar el paso y dirigirnos a Fuerte Nuevo.
Me levanté del borde de la fuente de la Villa, ya había descansado lo suficiente y sólo dije “Keila, nos vamos a Fuerte Nuevo las tres”
Y allá que marchamos, el resto fue hacia Sundabar a tratar de saber quién era Maggris
Ricewind, Keila, Gwenn y Yo bajamos de la caravana en Fuerte Nuevo.
Keila, como protectora y mejor amiga de Lyn fue la que abrió la conversación con el clérigo, el resto quedamos en un segundo plano.
Al parecer, fueron para rescatar al anciano que siempre sale a por setas para el estofado y que acaba perdiéndose sí o sí , no sé si le encontraron pero sí encontraron un agujero inmenso, algo debieron hacer porque empezaron a salir hormigas y hormigas y en lugar de taparlo con maderas o rocas, le prendieron fuego, a esas alturas Maggris ya les había visto, la habían despertado. Lograron escapar de ella y volvieron a Fuerte Nuevo.
El clérigo preguntó por el anciano, y ahí empezaron las mentiras de Lyn ¡con lo mal que miente! .Por supuesto el clérigo la cazó y la mandó a la cárcel. En una visita, el arcano usó la magia liberándola. A partir de ahí los dos en busca y captura vivos o muertos y a merced de cualquier caza-recompensas.
La fortuna quiso que el clérigo anduviese de buen talante (raro en un servidor de Tempus), conseguimos que condonase la pena a Lyn y por ende al resto a cambio de la suma ofrecida por sus recompensas, tal cantidad se usaría para construir en Fuerte Nuevo, además debían encontrar, devolver o en su defecto aniquilar a Maggris.
Contentas por el resultado, regresamos de nuevo a Neves, cuando llegamos al cuartel Mannock ya nos esperaba, le habían entregado el escrito del clérigo con la condonación de la pena del arcano y de Lyn cuando apareciese.
Se explicaron los detalles a Unebril ante los chillidos de la que supongo debe ser su pareja, la cual se tiró al suelo abrazándose a sus pies llena de histeria. Habíamos cumplido parte de lo que debíamos hacer. Relenar que ya conocía la noticia, corrió a buscar a Lyn, seguramente el arcano le habría dicho como hacerlo.
Ahora solo restaba acabar con esa reina araña, con Maggris, pero apenas se sabía nada. Había que esperar al regreso de los que fueron a Sundabar a investigar en la biblioteca pero eso ya…es otra historia. La Pluma Negra volvía a estar sin mácula alguna y eso es lo que importa.
-Normas básicas de supervivencia, NO mentir si no se te da bien-
…Era una broma de mal gusto, ahora que al fin habíamos ampliado con un miembro más la compañía, la ponían en busca y captura y todos sabemos lo que significa eso y todos sabemos que si hay una buena cantidad añadiendo el Viva o Muerta, la cosa se pone de color hormiga ¿Dije hormiga? Mejor decir araña.
Allí regresaba yo después de todo cuanto había pasado días atrás, de mal humor por tener que volver a la Orden de los buenos muuuy buenos a informar, encima estaban de luto pero los malos tragos cuanto antes, mejor. Fui a dar mi pésame en mi nombre y en el de la compañía, informé al señor Jacob de lo sucedido en la bifurcación y el bosque ¡y todo eso, sin alejarme de la puerta! que aun no he olvidado mi severo virus paladinizante.
Terminé con mi cometido en la Orden de caballeros y regresé hacia las puertas de Nevesmortas, para justo escuchar los berridos de Frido.
No daba crédito, Lyn estaba en busca y captura, viva o muerta, con una recompensa de nada más y nada menos que doscientas mil monedas. Con su misma pena, el arcano conocido como Unebril. El segundo al parecer ya había sido capturado encontrándose en las instalaciones del cuartel a la espera de su entrega a las autoridades de Fuerte Nuevo, Lyn estaba huida.
Como dije no daba crédito a lo que estaba escuchando, pero desde luego empecé a dárselo cuando apareció una chica ante mí, al fondo el cochero y por el camino Alba.
La desconocida quería saber sobre Lyn, si era una peligrosa asesina, cómo era físicamente…todo lo necesario para lanzarse en su búsqueda y por supuesto, habría muchos más dispuestos, yo misma lo estaría si no fuese porque es una compañera de la compañía y porque las cacerías no me van. La mejor y única opción con ella, era limpiar su nombre y con el suyo el de la Pluma Negra.
Así pues contesté a la joven desconocida “No la conozco tanto” mentía por supuesto pero me daba lo mismo que se notase, Alba ya me miraba incrédula , Úrsula también pero era mejor que la desconocida me creyese una competidora por la recompensa, que facilitarle encontrar a la loca de Lyn y ni Alba ni Úrsula me desmintieron con la joven .
Apenas unas horas después, nos encontramos Keila, Gwenn y yo “Tenemos que hablar y con urgencia” dije mientras que Keila ya tenía intenciones de contarme lo de Lyn.
Fuimos las tres a un sitio apartado, tomamos las debidas precauciones para que nadie nos espiase (sí, nunca se sabe quién y desde donde te espían. La Fata de ese Unebril lo hizo mientras él estaba en los calabozos) y comenzamos a hablar.
-¿Ya os habéis enterado? Lyn está en busca y captura viva o muerta
-¿Pero que es lo que ha hecho esa loca ahora? Y el nombre de la compañía por los suelos de nuevo…
-No lo sé pero hay que encontrar a esa loca antes de que nadie la encuentre.
No conocíamos los motivos de la orden de apresamiento, ni sabíamos el paradero de Lyn pero sí sabíamos que el arcano estaba en las dependencias de la guardia, así que las tres nos dirigimos a mantener una charla con el mago.
Éste nos relató lo sucedido, habían despertado a Maggris la araña que las leyendas decían que habitaba en las profundidades de Felbar, aquella que se alimentaba de hormigas rojas, la misma que los drows capturaron y adoraron creyéndola su diosa, aquella que se creía desaparecida desde que escapó, claro que estos detalles nos los dijo el clérigo Tempusita cuando fuimos a convencerle para que conmutase la pena de Lyn y por ende, del resto. Volviendo a donde estaba… hablamos con el arcano que ante la creencia de una muerte segura de Lyn por mentir al clérigo, por despertar a Maggris y por añadidura por prófuga se desesperó y no se detuvo a pensar el resultado de lo que hizo.Sí, el arcano usó su poder para sacarla del calabozo, quizá pensó que era lo mejor pero desde luego, empeoró su situación y mucho.
Teniendo todos los datos había que dar el siguiente paso, hablar con el clérigo de Tempus y conocer su versión de los hechos para después poner en juego todo el conocimiento y don de gentes que un bardo que se precie debe conocer y dominar, si esto no surtía efecto habría que echar mano del oro (a ser posible no el mio).
Había que limpiar el nombre de Lyn como fuese, el de los demás me daba lo mismo puesto que como dije, la reputación de la compañía estaba en entredicho nuevamente y era lo que contaba. Por supuesto nadie debía saber que llegado el caso buscaríamos a Lyn, todos saben de la relación de las cuatro y es lo que seguramente primero indagarían usándonos para dar con ella. Había que hablar con el clérigo, buscar y encontrar a Lyn y convencerla para que se entregase si no lográbamos liberarla de cargos. Esto último pareció no entenderse puesto que Keila en su temor dijo que no podíamos entregarla a la muerte segura, pero ¿qué tipo de muerte le podría esperar si en su ficha decía viva o muerta? Los caza-recompensas no suelen tener miramientos. Como de costumbre no entendió nada de lo que pretendía.
Así pues y después de hablar con el arcano, todos nos sentamos en la fuente a ver a Dick pasar, no teníamos que perder el tiempo en lamentar la suerte de Lyn ni la nuestra, había que dar el paso y dirigirnos a Fuerte Nuevo.
Me levanté del borde de la fuente de la Villa, ya había descansado lo suficiente y sólo dije “Keila, nos vamos a Fuerte Nuevo las tres”
Y allá que marchamos, el resto fue hacia Sundabar a tratar de saber quién era Maggris
Ricewind, Keila, Gwenn y Yo bajamos de la caravana en Fuerte Nuevo.
Keila, como protectora y mejor amiga de Lyn fue la que abrió la conversación con el clérigo, el resto quedamos en un segundo plano.
Al parecer, fueron para rescatar al anciano que siempre sale a por setas para el estofado y que acaba perdiéndose sí o sí , no sé si le encontraron pero sí encontraron un agujero inmenso, algo debieron hacer porque empezaron a salir hormigas y hormigas y en lugar de taparlo con maderas o rocas, le prendieron fuego, a esas alturas Maggris ya les había visto, la habían despertado. Lograron escapar de ella y volvieron a Fuerte Nuevo.
El clérigo preguntó por el anciano, y ahí empezaron las mentiras de Lyn ¡con lo mal que miente! .Por supuesto el clérigo la cazó y la mandó a la cárcel. En una visita, el arcano usó la magia liberándola. A partir de ahí los dos en busca y captura vivos o muertos y a merced de cualquier caza-recompensas.
La fortuna quiso que el clérigo anduviese de buen talante (raro en un servidor de Tempus), conseguimos que condonase la pena a Lyn y por ende al resto a cambio de la suma ofrecida por sus recompensas, tal cantidad se usaría para construir en Fuerte Nuevo, además debían encontrar, devolver o en su defecto aniquilar a Maggris.
Contentas por el resultado, regresamos de nuevo a Neves, cuando llegamos al cuartel Mannock ya nos esperaba, le habían entregado el escrito del clérigo con la condonación de la pena del arcano y de Lyn cuando apareciese.
Se explicaron los detalles a Unebril ante los chillidos de la que supongo debe ser su pareja, la cual se tiró al suelo abrazándose a sus pies llena de histeria. Habíamos cumplido parte de lo que debíamos hacer. Relenar que ya conocía la noticia, corrió a buscar a Lyn, seguramente el arcano le habría dicho como hacerlo.
Ahora solo restaba acabar con esa reina araña, con Maggris, pero apenas se sabía nada. Había que esperar al regreso de los que fueron a Sundabar a investigar en la biblioteca pero eso ya…es otra historia. La Pluma Negra volvía a estar sin mácula alguna y eso es lo que importa.
Última edición por Wantu el Mié Jun 01, 2011 8:26 am, editado 1 vez en total.
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Re: Retales
Retales
-Empacho de antídotos-
…No quiero oler una poción de antídoto en meses, pero era necesaria su ingesta ante tamaño peligro de infección, además de la media docena de antídotos, varios bebedizos de preparados restablecedores y si hubiese sido necesario, ácido, después ya habría tiempo de ir en busca de un clérigo.
Desde luego, cuando las cosas van mal, tienden a ir a peor como fue el caso aquella noche.
Llegué a la Villa, esperanzada en que la loca de Lyn hubiese aparecido o en su defecto hubiesen vuelto Shein, Vargas y Eruk de Sundabar (no entiendo que haría un semiorco en la biblioteca) con noticias sobre Maggris.
Todo estaba en calma, los guardias de la dama apostados en la puerta de la mansión, las patrullas haciendo su recorrido por las calles, Frido vendiendo sus volantes y bostezando, Dick charloteando hasta que llegaba a parecer sobrio, una ilusión óptica , lo se…todo estaba normal. Maté el tiempo rellenando con agua fresca las cantimploras, nunca hay que descuidar ese detalle pues nunca sabes cuando partirás y cuando encontrarás de nuevo donde saciar la sed, en ese instante llegaba Shein.
Me preguntó como es que no había estado presente buscando al mediano del libro que hablaba de Maggris ¿Qué búsqueda? ¿Acaso habían regresado ya de Sundabar los que fueron a buscar algo sobre ella? ¿Porqué me enteraba de eso a tiempo pasado? Supongo que serán misterios sin resolver, con lo fácil que es dar con una de las cronistas de Neves…en fin, que me pierdo en los detalles así que mejor que siga por donde iba. Shein me informó acerca de ese libro, o mejor de las partes que tenían del libro. Éste hablaba de cómo encerrar de nuevo a la araña, puesto que era un ser invencible, imposible de exterminar. El problema era la maldición que acompañaba al libro.
Una sola persona debía ser la encargada de leerlo, de principio a fin, pero mientras leía la maldición se hacía real y palpable. Las hijas de Maggris, salían del libro sin que nada se pudiese hacer. Así pues y ante esta tesitura, se convino en buscar la parte que del libro aun faltaba. Sólo a un mediano se le puede ocurrir destrozar de esa manera un libro, ¡Oghma le castigue con el látigo del analfabetismo absoluto! pero sigamos…que vuelvo a irme por la linde.
Estaba hablando con Shein cuando llegó Alba, la saludé para que no se quejase, y luego a Keila que ya llegaba a las cercanías del pozo, las tres comenzamos a charlar hasta que llegó Alba, sí…otra Alba. Estaba segurísima de que era un truco mágico de Alba, aún sigo estándolo, ahora charlábamos las cuatro, fue entonces cundo llegó la babosa asquerosa esa, ese al que llaman Philip. Jamás he visto un ser más despreciable, más lascivo, más insoportable y más asqueroso que él ¡y mira que he visto cosas!
Es conocido seguramente por todas las féminas de la villa, sus miradas obscenas y lascivas nos recorren a cada una de las mujeres de la comarca, ya seas elfa o enana, a la babosa le da lo mismo y en esta ocasión en la que en la que estábamos las cuatro no fue menos.
Cada vez que aparece toca envolverse para que nada de la anatomía femenina asome pero aun así, la babosa sigue mirando, babeando incluso. Ninguna le prestó atención, ya se cansaría y se largaría a mirar a las orcas pero que va, cuando las cosas van mal, se ponen siempre muuucho peor. Alba y su reflejo se apartaron, su reflejo era como la parte picara de Alba, que sea como sea, es más seria que un luto; la babosa fue detrás de los traseros de ambas Albas, sí, digo bien, tras sus traseros porque solo miraba esa parte.
La Alba reflejo hizo algo en un momento determinado, besó a la Alba real y fue entonces cuando la babosa parecía aullar. La Alba reflejo se iba, yo me partía de risa en el pozo mientras que el reflejo de Alba se me acercaba “ni se te ocurra pellizcarme y mucho menos besarme porque te dejo calva” dije entre risas, y no lo hizo no… en su lugar me toco un pecho. Me envolví en la capa en un acto reflejo, me agaché y tome una piedra, se la lancé y por supuesto, acerté. Esta acción dejó la capa libre, ya no me envolvía ni cubría el cuerpo así que la babosa asquerosa se dedicó a mirar donde no debía. “¿Y tú que miras? ¡Vete a mirar a una vaca al campo!” le espeté incómoda con sus miradas lascivas, llamé al guardia que de mala gana contestó “¿Qué?” El guardia ante mi requerimiento se limitó a decir que no podía hacer nada al respecto, ya daré una queja sobre eso en las crónicas ya…
Visto el panorama, la babosa siguió hablando y mirando, tan obsceno como de costumbre así que me dirigí a él, harta ya, ante la pasividad de todos los que miraban.
Le propiné un rodillazo en la entrepierna, el muy maldito lo vio llegar y lo evitó, seguí con un puñetazo, también lo esquivó pero fue entonces que intentó hacerme caer, resistí el empellón pero el cerdo se fue a agarrar a uno de mis senos, al ver eso le propiné un bocado en la mano con todas mis fuerzas, le hice sangrar pero la babosa pareció hasta disfrutar con ello. El guardia volvió a pasar “¿Qué pasa aquí?” volví a explicar todo y éste solo añadió “Separaos u os encierro a los dos” No me lo podía creer, de veras que no me lo podía creer. Y luego la gente se extrañará cuando hablen de contratar a mercenarios, por supuesto, haré la correspondiente denuncia en el cuartel de la guardia.
Acto seguido al mordisco comencé a prevenir la infección, estar en contacto con esa babosa no debía ser sano. Afortunadamente llevaba encima unos cuantos viales de antídoto y restablecimiento, tomé media docena de cada ¡Qué empacho, dioses, que empacho! ¡Ojala se le infecte la herida del mordisco y se le pudra la mano desde la uña al hombro!
Desde luego, todo va a peor…
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Re: Retales
Retales
-El hoyo del par doble-
Creo que necesito un balneario como el de la espléndida Esmeltarán, sí...si es que vaya temporadita, cuando es una cosa es la otra y cuando no es una loca es la loca mayor.
Todo empezó en la salida norte de Nevesmortas, allí como siempre, esperaba el cochero, los caballos prestos para partir; claro que ahora lo extraño es ver un caballo , todos se han apuntado a ir a lomos de los hipogrifos, a algunos les han puesto nombres irrisorios. Un animal tan imponente debe tener un nombre a la altura pero como digo, lo normal está pasando a ser lo excepcional. Será la novedad. Como decía, allí estaba yo, observando un grupo que se disponía a partir, algunos de ellos eran conocidos, otro hacía mención a cierta hacha de enano robada (a todas luces intentando llamar la atención del resto), la chica que les acompañaba haciéndose esperar, nada fuera de lo común y nada fuera de lo que era novedad, todos iban a lomos de un hipogrifo. Volviendo a lo que importa, justo iba a comprar un billete para ir a Sundabar cuando salía Keila de la villa.
Tras los saludos lo soltó
-Daya, que he descubierto un hoyo-Dijo toda exaltada
-Déjate de hoyos a ver si vas a acabar como la loca de Lyn- sugerí yo.
-No, no que este no es igual-
Ya había perdido la caravana de nuevo, con la cháchara no escuché al cochero vocear la hora de la partida, así que tenía el resto del día libre, ante la emoción que Keila desprendía acabé diciéndole que iría con ella.
-¿Y dónde está ese hoyo, Keila? –temiéndome lo peor, con lo simple es ver un hoyo o agujero y pasar de largo, o taparlo sin más… pues no, a mis compañeras les había entrado la vena geológica ¡caray, ni que fuesen topos!
-Está cerca de la bifurcación Daya-
-Bien, pues toca ir andando porque la caravana se fue hace un buen rato- A esto el grupo del principio intentaba dominar las técnicas de vuelo sin conseguirlo, corrían de aquí para allá campo a través a lomos de los hipogrifos.
-Pues vamos, verás que cosa más curiosa, es que me pareció ver un sendero y todo-
Nada hay imposible, con tanta nevada y tanta montaña, era posible que aun hubiese rincones que pasasen desapercibidos a todos.
Emprendimos la marcha hasta la Bifurcación, bordeamos la Posada y seguimos andando entre los árboles, me guiaba Keila, yo iba pensando que en un par de horas habríamos desatado otra plaga peor que la de Maggris, pero bueno, estábamos solas en mitad de la nada, nadie iba a acusarnos de algo (supongo)
-Mira Daya, es aquí- dijo al fin Keila.
-Anda, pues es verdad, pero yo no veo ningún sendero-
-¿cómo que no?, mira bien-
-Pues me puedo dejar la vista mirando Keila, pero no veo un pimiento ahí abajo-
-Pues vamos a bajar Daya-
-Claro, y ¿luego como subimos? ¿llamaremos a los de los hipogrifos?- lo dije con ánimo de quitarle la idea de la cabeza, además el ocaso estaba llegando y por nada del mundo quisiera estar en esa zona con el problema licántropo, bastante riesgo habíamos corrido ya aventurándonos por el bosque pero no, Keila cabezota como un enano.
-Conozco un hechizo que con solo ver donde quieres estar nos traslada mágicamente al sitio, ni nos enteraremos Daya-
-Vale, pero que conste que esto será para nada, porque ahí abajo solo hay árboles y matojos enredados, y encima se está haciendo de noche-
Keila conjuró canalizando la magia hacia la música y de repente las dos estábamos en medio de ese Hoyo. Buscamos y miramos por todo el contorno, ya era noche cerrada y la verdad, la luz que aportan los objetos mágicos nunca es suficiente.
-¡Ay!- dije de pronto
-¡Te lo dije!, te dije que había un sendero Daya-
-¡Que sendero ni que sendero, lo que hay es un tremendo chichón en mi cabeza! Menudo golpe me he dado con la pared de roca, esto es un agujero sin más Keila, no insistas y vamonos.
Keila parecía desilusionada claro, pero la convencí para irnos, haríamos arriesgándonos mucho, noche en la posada.
Intentó sin éxito sacarnos de la misma forma que bajamos, no funcionó. Intentamos salir escalando, pero las lluvias hacían que el musgo de la roca patinase haciéndonos volver al principio una y otra vez. Ya estábamos cansadas, ya me imaginaba años después a alguien encontrando dos esqueletos, uno de ellos con un chichón en la frente. De allí no nos sacarían ni las águilas del bosque sagrado.
-Vamos a ver si cogiendo carrerilla…- Resultado nulo, ascendíamos para caer nuevamente.
Lo intentamos todo sin suerte, lo único que quedaba era intentar abrir un portal mágico, pero no sabíamos siquiera si sería posible por lo reducido del espacio.
-Deja que pruebe una cosa Keila, voy a intentar subir clavando flechasen el musgo- Avancé con dificultad, con mucha dificultad pero solo para caer de nuevo al fondo del hoyo, justo en la caída tomé una posición distinta. Keila tenía razón, había un sendero.
-Keila, que si que lo hay ¡mira!-
Que ilusión, había un sendero pero no teníamos ni idea de donde llevaba pero visto que no teníamos forma de subir, habría que andar.
Era noche cerradísima, el viento se colaba a través de un amasijo de árboles, olía a bosque profundo, muy profundo. Keila avanzaba y yo me estaba dando ramazos por todas partes, solo se escuchaban nuestros pasos, el viento y mis ¡Ay!
De pronto entramos en una zona algo más despejada, olía como el cementerio de Esmeltarán, olía a humedad, olía que daba miedo
-Aquí huele a muerto viejo Daya-
-A saber los animales que habrá aquí atrapados, es cierto que el aire trae un tufillo muy particular-
Seguimos avanzando a tientas, no se veía nada porque además había una densa niebla. Keila braceaba delante yo detrás. Avanzábamos hasta que de golpe sonó otro Clonc y un exabrupto. Nos habíamos golpeado con algo duro, palpando y usando la luz de los objetos mágicos acertamos a ver un mausoleo de piedra.
¡Estábamos en mitad de un cementerio! ¡Con lo que odio los cementerios! Pude ver tras limpiar el musgo y quitar las ramas una serie de runas mágicas, eran runas de sellado, eran sortilegios para que los grifos mágicos no dejasen entrar nada.
Por poco me da un soponcio cuando de golpe hubo un relámpago, justo cuando le estaba diciendo a Keila lo que decían las runas se iluminó el cielo y con él vimos el camposanto en todo su tétrico esplendor, además tumbas rotas y algún esqueleto por el suelo.
-Keila, que esto va a ser el patio de juegos de los nigromantes- dije aterrada y zamarreándola cual encina.
-Ayayay ¿pero que me estás contando? Vamonos de aquí pero ya-
-Si claro, pero ¿cómo?
De nuevo, casi recuperamos la calma, solo se nos escuchaba a nosotras y realmente los movimientos de las tumbas parecían antiquísimos. Seguimos avanzando, temblando de miedo hasta que de pronto vimos algo moverse. Volví a agarrar a Keila agitándola como si fuese una poción, tengo los brazos que no me los siento de la tensión. Cualquier hoja moviéndose nos aterraba, de nuevo un rayo iluminando la zona, esta vez una tumba justo en mi línea de visión.
-¡keilaaaaaaaaa, mira lo que dice ahí!- dije señalando con el índice la dirección.
-¿Qué dice?-
-Dice algo terminado en…Aya-
Que mal augurio, Keila quería salir pitando pero yo tenía la sensación esa en la que alguien te está contando algo terrorífico, te da mucho miedo pero sin embargo quieres que te lo cuenten todo, así que sin hacer caso a Keila me acerqué a la lápida. Estaba llenita de musgo, como no se veía nada de nada, tomé la capa de Keila en lugar de la mía para limpiarla, tendrá que tirarla creo yo.
Cuando leí, me caí al suelo directamente.
Decía: Aquí yace Daya Lowenwill, trovadora querida por todo el norte.
Eso tenía que ser una broma de mal gusto, de malísimo mal gusto… demasiada casualidad que precisamente en el norte profundo hubiese alguien con mi nombre y tan similar apellido, mi madre me va a tener que explicar muchas cosas, y mi padre también. Bien, después de la primera impresión y el mal rato, me incorporé con la ayuda de Keila. Las rodillas me temblaban, me castañeteaban los dientes incluso a mi compañera igual. Las dos decidimos movernos, aun estaba muy oscuro y nada se veía pero escuchamos de pronto una voz y una figura acercarse.
-AAAAAAAAAAh, ¡que viene el nigromante!- Comencé a correr por entre las tumbas gritando muerta de miedo, agitando las manos en mitad de una loca carrera. Una tumba se encargó de pararme, tropecé y de bruces tal cual un asimar caí sobre ella. Tenía los brazos abiertos sobre la tumba, la estampa era patéticamente de risa.
No era un nigromante, era Gwenn, alguien le habría dicho algo sobre lo del hoyo, seguramente el cochero de la bifurcación o simplemente vería el hoyo e hizo lo que nosotras.
Ahora éramos tres en el hoyo. Nos explicó que más allá había restos de un poblado desierto y consumido por las llamas, no había más remedio que esperar a la mañana en aquel lugar. De pronto algo pareció temblar, las tres nos giramos al sitio del que procedía el movimiento.
Era la tumba de mi tocaya (como decía Keila) yo ya no podía tener más miedo, las tres nos quedamos patidifusas y clavadas en el sitio cuando asomó una mano de huesos, después el brazo y luego el resto.
-¡A mi que me incineren! -decía Keila susurrando.
De repente la huesuda habló, mi sangre se heló cuando su voz sonó tan como la mía, decía encima que quería tocar el arpa, va a ser verdad que la música va más allá de la muerte de un trovador. De todas formas, era un esqueleto hablando que insistía en lo mismo. No hizo ningún ademán de nada, solo buscó su arpa en su tumba.
Gwenn estaba con el arco apuntándola, Keila con la espada en la mano pareciendo un serpentín de tanto temblar y yo con el arco sujeto como si fuese un espadón, éramos patéticas las tres… lo que logra hacer el miedo. Sea como fuere, mi tocaya comenzó a tocar, era una melodía increíble, tanto que nos hizo bajar las armas poco a poco luego comenzó suceder algo. Su ser comenzó a transformarse, todo su cuerpo volvió a tomar forma, para terror mío era casi idéntica a mí, salvo por la edad claro, ella nació en el 1236 según el CV y yo apenas tengo la veintena.
Muchas preguntas tengo por hacer, no tenía conocimiento de que hubiese otra trovadora con nombre igual al mío, quizá incluso familia puesto que el parecido es abrumador, fue entonces cuando la otra Daya, comenzó a contarnos cosas que apenas entendíamos, aquel lugar era a esas alturas el hoyo del par doble...
//Continuará, muchas gracias por el ratillo Mystra, ¡que risas!
La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.
Re: Retales
//¡Muy buen retal, manita!
Yo me uní algo tarde, pero estoy deseando ver cómo sigue

Yo me uní algo tarde, pero estoy deseando ver cómo sigue
