Eowade Siadys’Variana nació hace 300 en la noble y antigua casa de los Siadys’Variana cuyos inicios tuvieron lugar en Evereska. Durante esa época, empezó el levantamiento de la casa y de sus costumbres, generación tras generación expandieron su influencia por todo Faerun, manteniendo los contactos con otros elfos de igual estatus.
Eowade se crio entre plata y oro, entre la doctrina y el rancio abolengo, preparándola para casarse con otra casa de igual o superior rango, invirtiendo en arriesgadas empresas y realizando una red de contactos que permitir mantener el legado que los había llevado a ser una de las principales familias.
Se realizó un matrimonio concertado que no trajo ni dicha ni descendencia pero que ambos novios aceptaron por el bien de sus casas.
Cuando el patriarca de la casa Siadys’Variana realizó una maniobra demasiado costosa, todo el poder acumulado, los contactos y la riqueza comenzaron a escurrirse como agua entre las manos. La familia cayó en desgracia y de sus miembros, la familia central los únicos en soportar el menosprecio, el resto rápidamente realizó nuevas alianzas y se separó.
Eowade, sin el sustento de su familia, comenzó a no ser “rentable” para la noble casa de Khersiwë y la ruina que el apellido Siadys’Varania empezó a traer cementó la decisión.
Eowade entró a formar parte del clero de Solonor, tanto por los contactos que aún quedaban en su familia como por su propia seguridad.
Allí, tutelada por un anciano Halcón Sangriento, Kherion, le enseño la doctrina y los conocimientos que tenía. Durante muchos años, no avanzó en su conexión con el dios, harto de la poca progresión de Eowade, la envió fuera de las comodidades del templo, a realizar un peregrinaje de humildad y comunión con los perceptos de Solonor llevando sus pasos a Nevesmortas.