La Marca Argéntea

Otro largo y tedioso día de vigilancia en la puerta norte de Nevesmortas Pensaba el guardia mientras bostezaba al tirar de la puerta mientras saludaba a uno de los primeros mercaderes la cruzaban esa mañana. El ajetreo en la villa ya se empezaba a dejar notar entre los habitantes que empezaban su rutina y los aventureros que se preparaban para salir. Me pregunto si volverán todos esta vez pensó mientras acababa de cerrar la puerta de nuevo, mirando al madrugador grupo de aventureros.

La puerta hizo el sonido habitual al cerrarse, aunque algo le llamo la atención. Un sonido familiar, pero la pereza mañanera aun le hacia pensar lento. Mientras se giraba se fijo uno de los parroquianos que miraba embobado a la puerta, siguió su mirada con la suya propia pensando No creo que sea tan especial, es casi idéntica a las otras, se aseguraron tras la reconstrucción... Sus pensamientos se pararon cuando se percato en que era ese sonido, el sonido de una daga clavándose con fuerza en la madera.

Sin duda, la daga clavada en la puerta que sostenía un pergamino tenía algo que ver. Mas tarde sus compañeros de las demás puertas le contarían una historia similar...

*Angela pasa por la fuente y al leer el mensaje no puede evitar entristecerse y negar varias veces*

(Con lo fácil que hubiera sido... que manía con pensar que somos el enemigo y que queremos perjudicarles...)

*Suspira mientras observa el trozo de turrón que lleva en su mano para Iona*

*Angela llega a la Orden tras leer la nota de Maelis en Nevesmortas. Tras pensarlo mucho cree que es prioritario hacerse con el colgante, que tanto peligro puede albergar, y tanta ayuda a la vez, y el cual Maelis está dispuesto a entregar, según ha escrito ella, a cambio de una negociación sobre sus actos pasados. Al llegar a la orden busca a la capitana y a su comandante, al igual que a los tenientes Bardin y Mara, para exponer lo ocurrido y mostrar la imperiosa necesidad de hacerse con ese colgante y evitar que caiga en malas manos, aunque conlleve negociar con Maelis. Al no dar con ellos les deja un escrito exponiendo la situación y toma la propia decisión de elevar la bandera, a esperas de que vuelvan a la orden y hablar del tema, pero para que Maelis pueda verla desde la distancia desde ya, tomando esa iniciativa por su propio pie*