Historia de Corina, la brujita

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Superrudo

Historia de Corina, la brujita

Mensaje por Superrudo »

1. La campesina y el dragón.

Hace varios años atrás, había una pequeña granja en el este del bosque alto. Allí vivía una mujer solitaria que se encargaba de tirar adelante ese pequeño reducto de civilización humana, se llamaba Merina.

La mujer cuidaba el ganado, trabajaba la huerta y pagaba sus piezas de oro como buena campesina, vivía relativamente feliz y sola. No era demasiado guapa y vestía andrajosos vestidos como la mayoría de los plebeyos. Había empezado esa vida hace unos 3 años antes con su esposo, pero una terrible epidemia lo mato, dejando la mujer sola. La vida la convirtió en una mujer fuerte de espíritu.

Mucho más al Oeste de la granja de Merina se alzaba una pequeña cordillera, Los picos perdidos. Como es normal había todo tipo de criaturas malvadas: kobolds, trasgos o incluso algún que otro orco. Pero Había un monstruo diferente, era un Joven y malvado dragón rojo que moraba en una cueva en lo más alto de las montañas, se le conocía como Shokahay.

Como es de suponer, era malvado y aterrorizaba el territorio. Robaba, asesinaba, era arrogante y demás aspectos de los cuales la mayoría de los aventureros conocen o han oído hablar de los dragones.


Continuara…
Superrudo

Mensaje por Superrudo »

2. Una granja en desgracia.

Había llegado la temporada de la recolecta y Merina tenía más trabajo de lo normal. Trabajaba debajo el sol con mucho ímpetu y buen humor, pero no tenía ni idea que la vigilaban. Mucho más arriba de su cabeza volaba el malvado Shokahay. Acababa de salir de su cueva y tenía intención de engrandar los tesoros de su cueva. De todos es sabido que los ojos de los dragones son de los mejores de Faerun, aunque estuviera a centenares de metros arriba de la granja, pudo ver ala granjera y todo lo que hacía tranquilamente, como si estuviera a su lado.

-Podría ir esa pequeña granja y hacerme un buen atracón con tantos animales… pero el caso es que llego tarde a ese castillo. Ya se… primero iré al castillo, robare todo lo que pueda de valor, lo dejare en mi cueva y cuando vuelva… ¡a comer!

El malvado dragón asentía mientras seguía volando hacia su destino. No le costó mucho hacer su trabajo, pero tardo más de lo esperado en ir y volver para dejar todos esos tesoros. Cuando por fin volvió a estar en el mismo sitio ya era de noche, la granjera dormía y los animales estaban en descansando en el corral. Bajó de golpe pero sin hacer el menor ruido, arranco la puerta del corral y poniendo su larga zarpa cogía de uno en uno todos los animales que sacaba para devorarlos. Ovejas, cabras, patos incluso vacas.

Dentro su casita, Merina se despertó de golpe, los animales chillaban como si hubieran visto al mismísimo Khellenvor. Salto de la cama poniéndose algo encima del pijama para no coger frio, fue directo a ver que ocurría. Solo encontró los huesos y carroña que quedaba de sus queridos animales. El dragón se escondía usando sus habilidades, quería reírse de la cara de esa “pobre” humana a la cual había arruinado la vida. Estaba seguro que se echaría a llorar y tendría de ir a buscar ayuda a alguien, eso tenía de verlo en directo.

Pero se equivoco y mucho, pues Merina aunque apenada y triste no soltaba ni una sola lagrima y tras algunos minutos para asimilar la situación dio marcha atrás y fue a dentro un pequeño cobertizo. Salió con un gran cuenco, leña y una pala. Puso la leña debajo del cuenco. Con la pala iba recogiendo lo que quedaba de sus estimados animales, lleno el cuenco y encendió la leña… se puso a bailar con tono triste y suplico a los dioses misericordia y buena fortuna para seguir trabajando dignamente en la granja.

-¡No entiendo porque ha reaccionado así, me ha hecho quedar mal, incluso puede que me siente mal la cena… esto no quedara así!

Sigilosamente se retiro con el rabo entre las piernas, pero no tenía la intención de perdonar esa ofensa hacia su persona y mucho menos al orgullo de un dragón.
Pasaron unos cuantos días en los cuales el malvado Shokahay solo pensaba como hacer daño moral y mental a la campesina. Llego a la conclusión que sin animales solo le quedaba la huerta con sus vegetales y hortalizas. Era una misión facilísima, llegar a la granja, escupir fuego volando y arrasar la huerta, nada más fácil.

Esperó a la noche y tal como el planeó lo izo, era tan fácil que se quedo maravillado por ese plan tan perfecto y malvado. Usando de nuevo sus habilidades se escondió y espero haber que ocurría con una sonrisa malvada.

La pobre Merina despertó al ver que había muchas luces y no era el alba aun, algo extraño ocurría afuera. Saliendo de su casita vio en llamas toda su huerta y se le encogió el corazón. Rapidísimamente empezó a llenar cubos de agua del pozo más cercano que tenia e intentar exterminar el fuego.

Acabó llena de ampollas y quemaduras pero lo consiguió. Esta vez sí estaba a punto de desmoronarse mirando cómo había quedado todo no tenía ni ganado ni cultivo ahora. El malvad Shokahay se aguantaba la risa, lo mejor estaba para llegar pensó.

Merina al final entro en su casa y cogiendo provisiones se fue directa hacia el pueblo más cercano. Llego a la mañana en medio del mercado. Shokahay lleno de intriga la siguió volando muy alto y viendo detalle a detalle lo que esa mujer quería hacer.

Merina hablo con un gordo mercader humano que parecía realmente rico, tenía la intención de vender la granja al ver que no podía continuar trabajando.

Todo salía bien y el mercader le interesaba… el tasador no daba tanto como Merina pedía pero era un buen puñado para empezar una nueva vida. Así que quedaron ir al cabo de 3 dias para ver la granja y juntos cerrar el trato.

-Ya veo lo que intenta hacer esa campesina, pero se equivoca si piensa que la dejare hacer lo que piensa… ¿Qué ocurriría si esta tarde cuando llegue a su querida granja solo encuentra ceniza? ¡Muajajaja!

El dragón se fue volando como alma que lleva el diablo para realizar sus nuevos y malvados planes, mientras la pobre y infeliz Merina volvía a su granja ajena a lo que sucedería.

A la velocidad que iba el dragón no tardo demasiado a plantarse delante de la granja de Merina. Y con grandes llamaradas incendio toda la granja sin dejar nada en pie y se escondió de nuevo, esperando a la mujer.

Paso varias horas hasta que al final llego y vio a la mujer. Merina se quedo helada al ver que de todo lo que ella poseía solo quedaban cenizas y destrucción. Cayo al suelo con unas grandes lagrimas sin palabras con las que poder decir todo lo que ella sentía.

El dragón por fin pudo reírse y con ganas al ver la reacción de la plebeya. Pero con sus grandes carcajadas lo delataron y Merina se levanto con sus lágrimas en los ojos.
Siguió esas carcajadas no muy lejanas y que ella intuía que tenían algo que ver con su granja.
Entró en el bosque de pinos y abedules siguiendo las carcajadas. Allí estaba el dragón que seguía riéndose.

-Dime maldita criatura… ¿de qué diablos te estás riendo?- Pregunto entre llantos la pequeña humana delante del dragón. Parecía que no temía ni a la muerte ni a la respuesta de Shokahay.

-Te diré lo que quieres escuchar humana. ¡Yo Shokahay el grandioso dragón rojo fui quien se te comió todo el ganado, incendie tu huerta y he arrasado tu granja!- Esperaba una reacción cobarde de la mujer, que huyera a pedir que lo mataran o simplemente ir a suicidarse.

Merina miraba al suelo sollozando, las lagrimas recorrían sus redondas mejillas. La ira y la desesperación no la dejaban pensar y solo se le ocurrió sacar un cuchillo de cocina que siempre llevaba encima y comenzar a cortar la pata de delante de Shokahay. Con esa cosa no le hacía nada pero ella no lo sabía.

Las risas del dragón dejaron paso a numerosas dudas y preguntas. ¿Cómo podía ser capaz esa mujer de enfrentarse a todo un dragón con un simple cuchillo? ¿Por qué era la primera vez que hacia algo malo y realmente no se sentía realizado? ¿Tenía realmente esa granjera algún poder que él desconocía?

Entre sus dudas y que Merina hacía rato que golpeaba su pierna, sin resultado aparente, decidió cogerla y tirarle lejos el cuchillo. Tenía una vaga idea, se la llevaría a su cueva para descifrar ese misterio. Sería su prisionera.


Continuara…
Cuchulain

Mensaje por Cuchulain »

Coño, ya me has dejado con la intriga

No tardes mucho en reanudar el cuento :lol:
eldharion

Mensaje por eldharion »

si, si....queremos mas!

:!:
Dalorian_alargentea

Mensaje por Dalorian_alargentea »

Jajaja XD kero massss enga escribe pronto k mas dejao to enganchao xD
Superrudo

Mensaje por Superrudo »

se intentara, pero con tranqulidad que tengo muchas cosas que postear y no me da tiempo xD //
Superrudo

Mensaje por Superrudo »

3. Un misterio llamado amor.

Llegaron a la cueva del dragón a las pocas horas, Merina no dio demasiada guerra pues cuando estaban volando le entro un ataque de vértigo y quedo inconsciente, también es comprensible pues con todo lo que había hecho el dragón, seguro que estaba muy mal mentalmente, le había arruinado la vida.

Shokahay la dejo encerrada en una pequeña celda que tenía en el interior, al lado de todos los tesoros. Le gustaba ver a sus presas, pero con Merina era diferente… no tenía claro que hacer con ella. La dejo descansando sola y se fue volando a despejarse, estaba enfadado por algo que desconocía y encima parecía tener remordimientos…

¿Cómo era posible que un gran dragón como él tuviera remordimientos de hacer lo que se les da mejor a los dragones?

La pequeña granjera humana al final despertó desorientada, entre amasijos de paja y encerrada en grandes barrotes de hierro.
Tenía un pequeño cuenco con harina y una vasija de agua al lado, realmente el dragón no quería matarla de hambre. Tras llorar horas y horas y intentar salir sin demasiado éxito, el dragón rojo volvió a entrar…

-Te dejare libre en el momento que me expliques porque no tienes miedo a mi humana- Vocifero el malvado Shokahay.

-¡Escucha maldito lagarto!- Exclamo Merina- ¡Perdí a mi marido por culpa la peste y tú me arrebataste lo único que me quedaba para seguir viviendo, mi granja. No te lo perdonare nunca y no temo a la muerte ni te temo a ti!

Las palabras de la muchacha molestaron tanto al dragón que se fue de nuevo sin preguntar.
Al dia siguiente y cuando Merina aun dormía Shokahay entro en su pequeña celda trasformado en un hombre corpulento, de melena larga y roja como el fuego y de mirada erudita. Le dijo que estaba dispuesto a dejarla libre y en darle lo que quisiera, se sentía culpable y quería en merendarlo.

-No pienso irme, porque no tengo otro lugar donde ir y he visto en tus ojos un cambio. Quiero ver si ese cambio es verdadero de corazón… -Desde ese dia ambos empezaron a mirarse con otros ojos.

Merina empezó a descubrir que detrás de las escamas y la maldad de un dragón, también existe corazón y sentimientos.
Por su parte Shokahay descifro ese misterio que no comprendía, un misterio llamado amor. Pasaron juntos un largo año, Merina tubo un bebe del la unión de ella con Shokahay. Era una preciosa niña de pelo rojo como el fuego que le gustaba mucho dormir. El dragón dejo de ser tan malvado a convertirse en un padre improvisado.

Continuara…
Superrudo

Mensaje por Superrudo »

4. Matadragones.

-¿Bhorgarath cuanto oro crees que nos dará ese noble por cazar al dragón que le robo en su castillo?

-Dijo que 50.000 monedas a repartir entre los cuatro. Eso sin contar con los innumerables tesoros que esa asquerosa serpiente roja tendrá en su guarida.


El grupo de mercenarios subían la montaña con paso firme.

El líder del grupo era Bhorgarath, un clérigo de Tempus. Tenía una armadura completa reluciente, un gran escudo contra dragones y un arma secreta según afirmaban quienes les conocían.
Le seguía un guerrero enano con largas barbas oscuras y una enorme hacha. Su mala leche solo era equiparable al asco que sentía por los dragones y su sed de codicia. También les acompañaba un mediano hábil en sacar trampas y bolsillos a quien se le cruzara, la fama de este último era la de matar con sus dos dagas envenenadas y luego preguntar. El cuarto miembro era un joven semi-elfo, era el novato del grupo. Traía consigo algo de magia y una buena habilidad con el arco largo.

La pendiente estaba repleta de monstruos y alimañas, el grupo de aventureros tría un mapa de la zona y según relatos de los habitantes, pudieron elaborar un recorrido hacia la cueva donde era casi seguro que hallarían al dragón.

-¡Estoy arto de tanto trasgoides! Mi hacha necesita algo más grande y que derrame litros de sangre.- Dijo el enano decapitando los trasgos caídos, por si alguno se hacia el muerto.

El mediano se paró un segundo para abrocharse bien su cuero tachonado, cuando levanto la mirada pudo ver algo cerca.

-¡Por Mascara! Estamos de suerte, allí delante hay una caverna, creo que será lo que andamos buscando.

Los cuatro aventureros entraron lentamente…

-Shokahay escuche pasos en la entrada.- Dijo Merina algo asustada, mientras dejaba a su bebe descansar en una cuna de madera entre los tesoros del dragón.

-¡Maldición son aventureros!- Dijo alarmado el dragón mientras se acercaba a ellos y los miraba desafiante, por su parte Merina se quedaba asustada entre los tesoros, sin apartar la vista de su bebe y del dragón.

Los cuatro héroes se prepararon con sus conjuros, sus armas y sus habilidades. El dragon no quería derramar sangre a menos que fuera necesario. El espíritu de maldad y destrucción que antaño tenía era solo una sombra del dragón que estaba allí delante. Le preocupaba mas que nada su mujer y su bebe.

Bhorgarath izo una pausa y con un solo gesto, todo el grupo se lanzo contra la serpiente roja. Golpes por todas partes, flechas volando arriba y abajo, hachazos y conjuros. Parecían realmente preparados, si se quedaba quieto, podrían matarlo sin duda. Empezó a defenderse y la lucha se empezó a encrudecer.

La pequeña granjera que seguía escondida temía por el pobre dragón, estaba enamorada y tenia de intervenir. Le dio un beso a la pequeña que dormía en la cuna y salió de su escondrijo.

Corrió hacia el medio de la cueva donde estaba el campo de batalla. Se planto delante el dragón y se ergio con las manos levantadas, como queriendo pararlo todo. El zumbido de una flecha perdida se ahogo en un silencio y una caída al suelo, de golpe tanto los cuatro aventureros como el dragón se detuvieron. La pobre granjera estaba al suelo sangrando con una mueca de dolor y mirando al techo de la cueva entre lágrimas. Miró hacia su estimado dragón y alzando la mano como intentando tocarlo, sonrió tiernamente. Fue su último aliento.

Los cuatro aventureros se miraron con caras sombrías y con una impresión de haber metido la pata, todos pensaban que era una rehén del dragón y si estaba muerta era por su culpa. Shokahay le acariciaba el pelo con la mirada triste y un sonido trémulo salía de sus grandes dientes, parecía que sollozaba.

Al momento Bhorgarath salió de su pequeño trance y moviendo la mano se dirigió a su grupo.

-¡El dragón sigue levantado! Que nadie pare hasta que deje de respirar, Tempus nunca vacila y sus clérigos tampoco.

Izo un grito de batalla y desenfundo su arma secreta. Era una espada larga, una matadragones que irradiaba luz delante de la serpiente roja. Los demás también se pusieron en sus posiciones y listos para seguir la batalla.

Shokahay izo un grito que helo la sangre de los cuatro y empezó a escupir fuego y dar unos zarpazos, estaba encolerizado y tenía sed de sangre. La batalla siguió pero los las cosas estaban muy mal para el dragón rojo. El final fue triste y melodramático, pues el clérigo con su espada matadragones se puso en posición y cuando tubo bien cerca el corazón del lagarto le asesto un golpe mortal y critico.

Shokahay el que antaño era el malvado dragón rojo cayó desplumado sin vida al lado de la pequeña granjera, mientras que los aventureros se curaban como pudieron de sus heridas.

-¡Por todos los pelos de mis barbas, pensaba que no saldríamos vivos maldito lagarto!- El enano le asesto un puntapié al cadáver del dragón.

-Vamos chicos, nos llevaremos su corazón como prueba de nuestra gesta, para enseñarla al noble y de paso todo su botín.- Dijo Bhorgarath mientras le sacaba el corazón.

Empezaron a coger todo el botín. El más contento de todos era el enano sediento de oro y joyas, el mediano también tenía tela con los gestos que hacia cargando. Bhorgarath por su parte se entrenia haciendo cuentas y pensando en que mujeres pasaría la noche al volver al pueblo.
El semi-elfo, el cual lo apodaban “novato” cogió la cesta con la pequeña que dormía, pensando que era más oro o joyas se que había dentro y lo cargo entre sus cosas.

Continuara…
Superrudo

Mensaje por Superrudo »

Espero que os gueste mi segunda tanda de "corina´s adventures" me pondre manos a la obra para seguir la historia, ya no falta tanto para acabarla...

a otro dato... cuando acabe con corina llegara la tanda de ariel, para los fans de la mediana fanatica. //
eldharion

Mensaje por eldharion »

*Espera impaciente el proximo numero*

(Ya, ya se que he tardado en leerlo...xD)
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