- ¡Ha nacido!
El mediano Drognar daba saltos de alegría e invitaba a los aldeanos a que contemplasen tal conmovedor acontecimiento. No era una persona importante en Sombra de Vid, pues era viticultor como muchos otros, pero sí era famoso. Era el único en toda la aldea que había desposado a una mujer de raza humana. Korie se llamaba, y aunque no era de su misma raza, los aldeanos siempre la consideraron como una de ellos, y la amaron. Drognar la conoció en uno de sus pocos viajes, en Aguas Profundas. Desde el primer momento que sus miradas se cruzaron, un amor inseparable creció entre ambos.
Una muchedumbre invadió el hogar de Drognar, y observó en silencio a Korie, sentada en su mecedora junto a la chimenea, con el bebé en brazos. El resplandor de las llamas del fuego se reflejaba en la melena rubia de la mujer. En su mirada se podía percibir una inmensa alegría, aunque ésta no se apartaba de la criatura que sostenía en brazos.
- ¡Venid, corred! ¡Ha nacido!
La voz de Drognar recorría Sombra de Vid de un lado a otro. Fue la primera y única vez que el mediano se mostraba tan emocionado. Jamás volvió a sentir algo parecido.
La multitud, después de observar detenidamente al bebé, rompió el silencio.
- Cómo se llamará?
Korie acarició entonces la mejilla del bebé, y tras pensar unos instantes, se decidió a responder.
- Se llamará... Jackie.
En aquel momento uno de los presentes alzó la voz.
- ¡Celebremos pues, la llegada de Jackie, con un brindis!
Numerosas botellas se descorcharon esa noche, y hubo bailes, juegos y espectáculos en honor a Jackie, hijo de Drognar, el mediano, y Korie, la humana.
//Bueno, he estado puliendo la historia cutre de Kristine que tenía por aquí *mira a Ilmater* sí sí, esa porquería que te envié xD. Ire colgando más de vez en cuando...
Kristine
Moderadores: DMs de tramas, DMs
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krlstine
Cuando Jackie justo cumplía los cuatro años, acaeció la peor de las desgracias, y quizá la causante de que el destino de esa familia se volviera sombrío y trágico.
Pocas semanas antes, Korie había enfermado durante un viaje realizado con su marido y unos amigos a Myratma. Al principio no le dieron gran importancia, pero días después se vieron obligados a precipitar su marcha de la ciudad de Tezhyr, y regresar a Sombra de Vid.
El camino de vuelta fue angustiante, y el rostro de Drognar se tornó pálido mientras apretaba la mano de su mujer con la suya. A mitad de camino, las piernas de Korie perdieron estabilidad y fuerza, y Drognar y sus amigos cargaron con ella.
Se sumó a la desgracia de Korie la emboscada realizada por parte de los gnolls, abundantes por esa región. Allí cayeron los amigos de Drognar, y su amada Korie, tendida sobre la hierba, murió, pero su cuerpo no fue alcanzado por ningún gnoll. Drognar, dominado por la ira, logró llevar a cabo una de las hazañas más importantes de los habitantes de Sombra de Vid, con la que ganó un gran renombre. Con una sola daga y sin haber entrado jamás en combate, arrolló en cólera al grupo entero de gnolls, matándolos y decapitándolos uno por uno.
Una vez terminada la masacre, Drognar permaneció inmóvil arrodillado junto al cuerpo de su amada. Finalmente, tras pasar largas horas, cargó con el cuerpo de Korie y regresó a casa.
- ¿Qué le pasa a mamá? – Preguntó Jackie cuando vio entrar a Drognar cargando con Korie.
- Ha partido... – Respondió apesadumbrado Drognar.
- ¿Está... muerta?
- No... ella seguirá viva en nuestros recuerdos... para siempre.
Jackie no preguntó nada más. La criada encargada de cuidar al pequeño en ausencia de los padres echó a llorar, pues era una gran pérdida, pero ni Drognar ni su hijo vertieron una lágrima, pues ni tan siquiera eran capaces de llorar por más que lo deseaban.
Pocas semanas antes, Korie había enfermado durante un viaje realizado con su marido y unos amigos a Myratma. Al principio no le dieron gran importancia, pero días después se vieron obligados a precipitar su marcha de la ciudad de Tezhyr, y regresar a Sombra de Vid.
El camino de vuelta fue angustiante, y el rostro de Drognar se tornó pálido mientras apretaba la mano de su mujer con la suya. A mitad de camino, las piernas de Korie perdieron estabilidad y fuerza, y Drognar y sus amigos cargaron con ella.
Se sumó a la desgracia de Korie la emboscada realizada por parte de los gnolls, abundantes por esa región. Allí cayeron los amigos de Drognar, y su amada Korie, tendida sobre la hierba, murió, pero su cuerpo no fue alcanzado por ningún gnoll. Drognar, dominado por la ira, logró llevar a cabo una de las hazañas más importantes de los habitantes de Sombra de Vid, con la que ganó un gran renombre. Con una sola daga y sin haber entrado jamás en combate, arrolló en cólera al grupo entero de gnolls, matándolos y decapitándolos uno por uno.
Una vez terminada la masacre, Drognar permaneció inmóvil arrodillado junto al cuerpo de su amada. Finalmente, tras pasar largas horas, cargó con el cuerpo de Korie y regresó a casa.
- ¿Qué le pasa a mamá? – Preguntó Jackie cuando vio entrar a Drognar cargando con Korie.
- Ha partido... – Respondió apesadumbrado Drognar.
- ¿Está... muerta?
- No... ella seguirá viva en nuestros recuerdos... para siempre.
Jackie no preguntó nada más. La criada encargada de cuidar al pequeño en ausencia de los padres echó a llorar, pues era una gran pérdida, pero ni Drognar ni su hijo vertieron una lágrima, pues ni tan siquiera eran capaces de llorar por más que lo deseaban.
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krlstine
Pasaron dos años desde el entierro de Korie, pero para Drognar parecía seguir siendo ayer cuando estaba arrodillado frente al cuerpo de su amada. Continuó trabajando el vino para poder dar de comer a su hijo de seis años, aunque no con la misma fluidez de antes.
En su interior sentía la necesidad de no estar solo para el resto de su vida, por eso puso su atención en la criada, Kaline, una mediana de cabellos rojizos y oscuros ojos, y bella de apariencia, aunque no comparable con Korie.
Jackie no dijo nada al respecto, pues tenía en alta estima a Kaline, y si alguna vez volvía a tener madre, la prefería a ella antes que a ninguna otra.
Así pues, en el otoño del año siguiente, Drognar lograba lo que se había propuesto, y se casaba con Kaline en la plaza de la aldea. Por esos tiempos el mediano volvió a esbozar alguna que otra sonrisa, pero el amor que sentía por Kaline estaba lejos de compararse con el que había ofrecido a Korie.
Aún así, ese mismo invierno, Kaline daba claros signos de estar embarazada. La noticia causó un gran entusiasmo por parte de todos los aldeanos, incluidos Drognar y Jackie, el cual siempre había querido tener un hermano o hermana.
Lo que nadie advertía es que la semilla que crecía en el interior de Kaline, portaba la ira y el odio que Drognar había sentido con la pérdida de Korie...
En su interior sentía la necesidad de no estar solo para el resto de su vida, por eso puso su atención en la criada, Kaline, una mediana de cabellos rojizos y oscuros ojos, y bella de apariencia, aunque no comparable con Korie.
Jackie no dijo nada al respecto, pues tenía en alta estima a Kaline, y si alguna vez volvía a tener madre, la prefería a ella antes que a ninguna otra.
Así pues, en el otoño del año siguiente, Drognar lograba lo que se había propuesto, y se casaba con Kaline en la plaza de la aldea. Por esos tiempos el mediano volvió a esbozar alguna que otra sonrisa, pero el amor que sentía por Kaline estaba lejos de compararse con el que había ofrecido a Korie.
Aún así, ese mismo invierno, Kaline daba claros signos de estar embarazada. La noticia causó un gran entusiasmo por parte de todos los aldeanos, incluidos Drognar y Jackie, el cual siempre había querido tener un hermano o hermana.
Lo que nadie advertía es que la semilla que crecía en el interior de Kaline, portaba la ira y el odio que Drognar había sentido con la pérdida de Korie...
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krlstine
Nueve meses más tarde, tal y como estaba previsto, Kaline daba a luz. Pero fue entonces cuando ocurrió algo inesperado, pues el destino de esa familia quedó marcado como nefasto desde que Korie enfermó.
La pequeña recién nacida cargaba con tal cantidad de ira, rabia, furia y odio que su madre, Kaline, no pudo aguantar el dolor que le supuso dar vida a la pequeña, pues de algún modo sabía que nada bueno iba a salir de allí. Aún así, antes de morir, susurró algo al oído de Drognar.
- Ésta es Kristine... cuida bien de ella y no le quites el ojo de encima... pues presiento que un mal mayor que mi muerte la persigue...
Dicho esto se desplomó en la cama y murió. No fue Drognar quien recogió al bebé, ya que éste marchó de casa riendo y llorando a la vez, trastornado por lo ocurrido. Fue Jackie quien alzó en brazos a Kristine, y ésta dejó de berrear, y jamás quiso tanto a una persona como a su hermano.
No hubo fiestas, ni bailes, ni juegos, ni espectáculos, ni cantos. Sólo llantos.
La pequeña recién nacida cargaba con tal cantidad de ira, rabia, furia y odio que su madre, Kaline, no pudo aguantar el dolor que le supuso dar vida a la pequeña, pues de algún modo sabía que nada bueno iba a salir de allí. Aún así, antes de morir, susurró algo al oído de Drognar.
- Ésta es Kristine... cuida bien de ella y no le quites el ojo de encima... pues presiento que un mal mayor que mi muerte la persigue...
Dicho esto se desplomó en la cama y murió. No fue Drognar quien recogió al bebé, ya que éste marchó de casa riendo y llorando a la vez, trastornado por lo ocurrido. Fue Jackie quien alzó en brazos a Kristine, y ésta dejó de berrear, y jamás quiso tanto a una persona como a su hermano.
No hubo fiestas, ni bailes, ni juegos, ni espectáculos, ni cantos. Sólo llantos.
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Superrudo
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krlstine
Drognar había enloquecido. Durante los primeros años de Kristine, se dedicó a maltratarla en todo momento. La pegaba a veces, e incluso algunos días no le daba de comer. Los aldeanos tampoco sentían mucho aprecio por ella, y la llamaron la “inoportuna”, por haber llegado al mundo de esa forma.
El único que se preocupaba por ella era su hermano, Jackie. Siempre guardaba una parte de su comida para dársela más tarde a Kris. Cuando Drognar salía a trabajar, Jackie se llevaba a Kris a escondidas para mostrarle las afueras de la villa. Aprendió muchas cosas gracias a su hermano, como leer y escribir.
La tarde del día en que Kristine cumplía siete años, los hermanos subieron a una colina cercana a la aldea.
- Jackie... ¿Porqué seguimos aquí? Podríamos huir lejos de aquí... de nuestro padre...
El rostro de su hermano reflejaba asombro tras oír las palabras de la joven mediana.
- ¿Huir? ¿Adónde? No duraríamos nada lejos de Sombra de Vid.
- Prefiero empezar a trabajar a los siete años que seguir viviendo con un tipo que me pega palizas... además... sé que tú cuidarías de mí.
- Eso no lo dudo...
- ¿Entonces?
Jackie suspiró con la mirada puesta en el horizonte, donde el Sol se ponía.
- Mañana... al amanecer. Prepara tu equipaje, pero sólo lo necesario. El viaje será largo y no debemos ir muy cargados.
El único que se preocupaba por ella era su hermano, Jackie. Siempre guardaba una parte de su comida para dársela más tarde a Kris. Cuando Drognar salía a trabajar, Jackie se llevaba a Kris a escondidas para mostrarle las afueras de la villa. Aprendió muchas cosas gracias a su hermano, como leer y escribir.
La tarde del día en que Kristine cumplía siete años, los hermanos subieron a una colina cercana a la aldea.
- Jackie... ¿Porqué seguimos aquí? Podríamos huir lejos de aquí... de nuestro padre...
El rostro de su hermano reflejaba asombro tras oír las palabras de la joven mediana.
- ¿Huir? ¿Adónde? No duraríamos nada lejos de Sombra de Vid.
- Prefiero empezar a trabajar a los siete años que seguir viviendo con un tipo que me pega palizas... además... sé que tú cuidarías de mí.
- Eso no lo dudo...
- ¿Entonces?
Jackie suspiró con la mirada puesta en el horizonte, donde el Sol se ponía.
- Mañana... al amanecer. Prepara tu equipaje, pero sólo lo necesario. El viaje será largo y no debemos ir muy cargados.
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krlstine
Cuando los primero rayos de Sol asomaron tras las montañas, los hermanos abandonaron su hogar sigilosamente, mientras Drognar aún dormía.
Cargaron con una mochila cada uno, previamente las cuales habían sido llenadas de viandas para el viaje. Prácticamente se llevaron todas las reservas que su padre había almacenado en su despensa. También llevaban una ropa de recambio y algunas monedas que había juntado Jackie durante esos años. Por último, Kristine cogió la daga con la cual su padre había logrado abatir a los gnolls once años antes.
Ningún aldeano estaba en pie a aquellas horas, así que no fueron advertidos por nadie cuando salían de Sombra de Vid. Solamente uno de los hermanos volvió a pisar esas tierras.
Partieron hacia Myratma, y llegaron a ésta sin problemas varios días después, ya que pasaron desapercibidos a la vista y al olfato de los gnolls. Aún así sus corazones se sintieron inquietos, pues sabían que Drognar les buscaría y les encontraría si permanecían allí mucho tiempo.
-¡Último barco del mes en dirección Puerto Calim a punto de zarpar! ¡Dense prisa y compren sus billetes!
Los marineros iban de un lado a otro del puerto repitiendo a grito pelado lo mismo.
- ¿Puerto Calim? ¿Qué te parece hermano? – Kristine contaba el dinero que traían para ver si les alcanzaba.
- Hm... no he oído hablar de esa ciudad. ¿Tenemos suficiente? – Jackie leía el cartel de precios.
- Sí, justo pero sí. – Respondía la mediana con una enorme sonrisa.
- Bien... vamos allá entonces. – Respondió Jackie.
Así pues, ambos hermanos marcharon hacia Puerto Calim con gran entusiasmo, prometiéndose un mejor futuro.
Cargaron con una mochila cada uno, previamente las cuales habían sido llenadas de viandas para el viaje. Prácticamente se llevaron todas las reservas que su padre había almacenado en su despensa. También llevaban una ropa de recambio y algunas monedas que había juntado Jackie durante esos años. Por último, Kristine cogió la daga con la cual su padre había logrado abatir a los gnolls once años antes.
Ningún aldeano estaba en pie a aquellas horas, así que no fueron advertidos por nadie cuando salían de Sombra de Vid. Solamente uno de los hermanos volvió a pisar esas tierras.
Partieron hacia Myratma, y llegaron a ésta sin problemas varios días después, ya que pasaron desapercibidos a la vista y al olfato de los gnolls. Aún así sus corazones se sintieron inquietos, pues sabían que Drognar les buscaría y les encontraría si permanecían allí mucho tiempo.
-¡Último barco del mes en dirección Puerto Calim a punto de zarpar! ¡Dense prisa y compren sus billetes!
Los marineros iban de un lado a otro del puerto repitiendo a grito pelado lo mismo.
- ¿Puerto Calim? ¿Qué te parece hermano? – Kristine contaba el dinero que traían para ver si les alcanzaba.
- Hm... no he oído hablar de esa ciudad. ¿Tenemos suficiente? – Jackie leía el cartel de precios.
- Sí, justo pero sí. – Respondía la mediana con una enorme sonrisa.
- Bien... vamos allá entonces. – Respondió Jackie.
Así pues, ambos hermanos marcharon hacia Puerto Calim con gran entusiasmo, prometiéndose un mejor futuro.
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krlstine
Robos, saqueos, asesinatos y sobre todo, corrupción, son el pan de cada día en la ciudad del desierto. Amargos fueron los primeros días de los hermanos en Puerto Calim. El dinero era escaso, y pocos oficios decentes quedaban. Así pues, durante largo tiempo vivieron en la clandestinidad, alimentándose de lo poco que podían robar. Esto sirvió de experiencia para la joven mediana, la cual parecía tener un don especial para hacerse con cualquier cosa sobre la cual echase el ojo. Nunca se mostró insegura en el momento clave, pues se sentía siempre protegida por su hermano mayor.
Pero entre todos esos hechos oscuros, una luz distante acogió a los hermanos. La ciudad resultaba ser un gran enclave de aventureros. Hicieron amistad con muchos de ellos, algunos trascendentales y otros menos importantes, algunos extraños y otros más normales.
Rhinna, una bella nigromante elfa, y Paus Alley, un tozudo pero valiente guerrero, fueron las personas más apreciadas por Kristine. Sucedió que durante una exploración lejana a esas tierras, la mediana halló por casualidad un rubí de brillo extraño e intenso. Desde ese preciso instante deseó viajar más lejos aún, pues la idea de encontrar más joyas valiosas fascinaba a la mediana. Así pues, a veces marchaba sola sin avisar a nadie, en busca de tesoros en peligrosas mazmorras y cuevas.
Fueron tantas las ocasiones en las que sus amigos la sacaron de un apuro, que una noche, talló y dividió el rubí encontrado tiempo atrás, y los engarzó en dos collares de pequeño valor, pero la luz radiante que desprendían esas piedras preciosas hacia que el resto del colgante pasara desapercibido.
- Toma Rhinna – La mediana le entregaba uno de los amuletos, mientras ella se colocaba el suyo.
- ¡Vaya! ¡Qué preciosidad de colgante! ¿Es para mí? – La elfa de cabellos castaños examinaba detalladamente el obsequio.
- Sí... simboliza nuestra amistad. De este modo siempre estaremos juntas – Kristine esbozaba una enorme sonrisa.
- ¡Muchas gracias Kris! – dijo Rhinna mientras abrazaba a la pequeña.
Ambas iluminaban hasta el pozo más oscuro con aquella joya encima, así que decidieron esconderla bajo sus respectivas túnicas, pues no querían llamar la atención. Nunca jamás se desprendieron de él, incluso cuando sus caminos se separaron más adelante.
Pero entre todos esos hechos oscuros, una luz distante acogió a los hermanos. La ciudad resultaba ser un gran enclave de aventureros. Hicieron amistad con muchos de ellos, algunos trascendentales y otros menos importantes, algunos extraños y otros más normales.
Rhinna, una bella nigromante elfa, y Paus Alley, un tozudo pero valiente guerrero, fueron las personas más apreciadas por Kristine. Sucedió que durante una exploración lejana a esas tierras, la mediana halló por casualidad un rubí de brillo extraño e intenso. Desde ese preciso instante deseó viajar más lejos aún, pues la idea de encontrar más joyas valiosas fascinaba a la mediana. Así pues, a veces marchaba sola sin avisar a nadie, en busca de tesoros en peligrosas mazmorras y cuevas.
Fueron tantas las ocasiones en las que sus amigos la sacaron de un apuro, que una noche, talló y dividió el rubí encontrado tiempo atrás, y los engarzó en dos collares de pequeño valor, pero la luz radiante que desprendían esas piedras preciosas hacia que el resto del colgante pasara desapercibido.
- Toma Rhinna – La mediana le entregaba uno de los amuletos, mientras ella se colocaba el suyo.
- ¡Vaya! ¡Qué preciosidad de colgante! ¿Es para mí? – La elfa de cabellos castaños examinaba detalladamente el obsequio.
- Sí... simboliza nuestra amistad. De este modo siempre estaremos juntas – Kristine esbozaba una enorme sonrisa.
- ¡Muchas gracias Kris! – dijo Rhinna mientras abrazaba a la pequeña.
Ambas iluminaban hasta el pozo más oscuro con aquella joya encima, así que decidieron esconderla bajo sus respectivas túnicas, pues no querían llamar la atención. Nunca jamás se desprendieron de él, incluso cuando sus caminos se separaron más adelante.
