Pesadilla

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Nela

Pesadilla

Mensaje por Nela »

Pesadilla

Apenas habían tenido tiempo de descansar tras la dura batalla en la bifurcación, Nela y Syra, contaban a todos sus conocidos en el pueblo la extraña situación vivida en la tormenta de arena. Se decidieron jugar a un juego propuesto por Sharuka, momento que aprovecharon Nela junto a Loren y se escabulleron rápidamente. Saliendo del blasón y acercándose a la fuente, allí ambos empezaron a bromear en un juego de tira y afloja para tirar al Elfo a la fuente, juego que termino cuando Sharuka, Devoto y Syra les interrumpieron con idea de ir a casa de Sharuka, Loren fue con ellos y quedaron las dos amigas, pues Syra quería hablar con Nela a solas. De improviso, apareció un hombre con una herida en la cabeza, esta, era tapada por su mano. Ambas corrieron a socorrerle, y Syra miro a Nela como pidiendo que le curara.

-¿Pueden ayudarme?- Decía el hombre con la mirada perdida y el gesto desencajado -me persigue, necesito que me lo saquen de la cabeza- Repitió con desesperación. Las muchachas alarmadas no hicieron caso de sus palabras e intentaron calmarle. Mientras tanto, Nela extendía su mano hasta la mano del hombre, la cual cubría la herida en la cabeza, este, retiro la mano dejando ver la herida sangrante, parecían como arañazos, quizás provocados por él mismo. Aun así extendió la mano y la puso sobre la herida para cerrarla. Con una oración, que más parecía una rima bromista que una típica plegaria, Comenzó a surgir de la mano de Nela una calida luz curativa. Ante la mirada atónita de ambas, un círculo de runas rojas las rodeó en ese instante y el hombre se desplomó muriendo en el acto. En ese momento, Nela no le dio importancia, pues se asustó mucho al ver al hombre caer desplomado, e intentando reanimarle, pidió desesperada a Syra que buscara a Devoto. Pero en el momento que sucedió todo, sintió un escalofrío en el brazo, seguido de un zumbido que ella identifico como una avispa.

La fuente se llenó de gente casi al instante, entre curiosos, guardias y gente que quería ayudar, todos observaban el cuerpo. Nela sintió miedo, por un momento pensó que podría ser culpa suya, incluso al ver al guardia y el como la interrogaba, pensó que la arrestarían. Por suerte no fue así, y llevaron el cuerpo a la atalaya, donde descubrieron que era la segunda persona que moría en extrañas circunstancias. Ya mas calmada, Nela explicó a todos lo sucedido, a lo que no parecieron dar mucha importancia, solamente Dana se detuvo un poco a hablar con ella, para ver como se encontraba, pero, parecía reacia, la rehuía y se la veía confusa. Lo que Dana no sabia, es que extraños pensamientos cruzaban la mente de Nela, pensamientos que ella jamás había tenido…

Silencio casi absoluto en la rosa y el martillo, solo los grillos y algún perro ladrando , rompían el silencioso encanto de la noche. Entre las desgastadas sabanas de una de las habitaciones, Nela se retorcía, su frente perlada en sudor daba fe del terrible calor que tenia, y su cuerpo inquieto y unos sutiles quejidos, dejaban claro que sufría una horrible pesadilla, de esas pesadillas que no logras recordar, pero que te atrapan y no te dejan despertar. Cuando ya no podía más, sobresaltada, se incorporo en la cama con un grito, sin recordar exactamente donde estaba. Pocos segundos después, dejó de ver borroso y recordó que estaba en la rosa y el martillo. Ella siempre fue de buen dormir, a pesar de su herencia elfica, nunca había mostrado ser insomne como otros semielfos, y aunque lo fuera, ella encontraba un gran placer en dormir a pierna suelta. Sus inquietos ojos recorrieron la habitación y se abrieron de par en par al ver el estado del lugar… Quemaduras por todas partes, suelo y paredes, que por suerte no había ardido, en la puerta una marca de un zarpazo, de una garra de tres uñas como si de una firma se tratase.

Sentía miedo, se cubrió con la desgastada sabana hasta la nariz, como si de una niña se tratase y sintiese que tras ella estuviera a salvo. Poco a poco intento afrontar la situación como era común en ella, tomándoselo a broma, como si los comentarios ingeniosos y chistes malos fueran a resolver la situación, o al menos, hacerla más llevadera. Registró la habitación en busca de saber que pasaba, las quemaduras del suelo parecían como pezuñas marcadas en ceniza, ¿quizás alguna bestia? ¿Pero que bestia haría semejante cosa sin ser vista ni oída? Sacando un retal de tela y con un carboncillo, dibujó una de las huellas para poder buscar información, registró cofres y muebles en busca de algo que no estuviera allí antes. No encontró gran cosa e intento animarse con otro de sus comentario – Ya podría haberme dejado algún regalito, un vestido o algo – rió para si y salio a preguntarle a Rosa por si había visto algo, pero solo encontró una negativa en la señora. Decidida, prefirió salir a tomar el aire y despejarse.

La Nevesmortas de siempre, gente por aquí y allá haciendo sus cosas. En la fuente, un gran número de gente alrededor de Syra discuten cual es la mejor forma de protegerla. Nela hacia tiempo ya había dejado de “competir” por ser quien protegiera a Syra, todos parecían estar tras ella, cuidándola, se había dado cuenta de que no era tan necesaria, y menos aun, debía ponerse celosa por no cumplir ese cometido. Así que había llenado su tiempo con otras cosas, como la alquimia y su entrenamiento. De entre el grupo, se dedico a curar las heridas de los protectores de su amiga, los cuales la seguían a la salida Norte de la ciudad, tan solo Hedia quedo con ella. Aunque no pudo dar explicación a los sucesos de la habitación de Nela cuando esta se los contó, si que la convenció, aparentemente, de salir con los demás, aunque realmente fue otro de esos extraños pensamientos que últimamente pasaban por su mente.

La extraña calma de la salida norte fue rota por el barullo de los habituales por allí, por algún motivo, era lugar de reunión de muchos aventureros, quizás porque todos partían siempre hacia el norte. El caso es que allí estaban disfrutando de una noche tranquila, por una vez en semanas, noche que Nela no quiso estropear contando sus problemas a los demás. Hedia, Devoto, Luci, Syra, Arfrid y Gaiel se reunían en el fuego junto con Nela. Gaiel parecía desvariar, quizás por fumar extrañas hierbas. El resto, simplemente disfrutaba la noche hasta que Hedia expuso el asunto de la habitación de Nela, Syra quedo preocupada y ya no pudo hacer que lo olvidara, así que termino por llevarles para que lo vieran con sus propios ojos, solo la siguieron Devoto y Syra, aunque después se sumaron Gaiel y Arfrid. Todos miraron extrañados la habitación y empezaron las hipótesis, aunque sin sacar nada en claro.

El grupo abandonaba la posada mientras ciertos pensamientos, cargados de aversión por sus amigos, se volvían cada vez más continuos y llenaban la mente de Nela. Pronto surgieron las típicas discusiones de quien puso en peligro a Syra y quien la protegió. La muchacha no dejaba de pensar que se callasen y que eran idiotas, esto no era normal, necesitaba apartarse, y avisando a Syra se alejo del grupo en dirección a la fuente, allí encontró a Froi, y quizás por coincidencia, este la recrimino si no tenia otro lugar donde sentarse. El comentario del gran Mago terminó de colmar su paciencia, haciendo que se marchara para despejarse. Tas ella, los pasos de Arfrid que la seguía, interrumpieron su marcha. Pero esos pensamientos no cesaban, aturdida, se apoyó en él con una mano en el hombro y poco a poco sus pensamientos se centraron en estrangularle. El elfo, parecía hasta preocupado de verdad por la reacción de ella, que imponiendo su voluntad, cesó ese deseo de hacer daño y se marcho buscando la soledad que siempre la acompañaba, no sin antes pedir a Arfrid que si quería ayudarla, encontrara a Dana. Quizás en un golpe de suerte, encontró a Jacob, ella sabia que siempre estaba con Dana, así que casi obligándole, le cogió del brazo para apartarle y pedirle que encontrara a Dana. Necesitaba hablar con ella urgentemente, todo esto la tenia muy preocupada y no quería involucrar al resto, Dana seria la respuesta para buscar una solución, o eso pensaba, antes de que un pensamiento y unos deseos de Matar a la clériga recorrieron su cuerpo, solo acertó a pedirle a Jacob que advirtiera a Dana que fuera armada y no se fiara de ella y que le prometiera que no la dejaría a solas con Syra.

El joven de cabellos rubios la miraba con preocupación, intentaba ayudar a la desamparada muchacha, pero esta rehuia y no le contaba nada, quizás por eso lo dejo estar y prefirió simplemente observar y esperar a la llegada de Dana. Cuando regresaron a la fuente, ya no quedaba nadie, así que fueron al norte, al punto de reunión donde quizás encontrarían a los demás, pero estos, ya no estaban. Una discusión los había separado otra vez, aunque poco tardo en volver Syra seguida de la inseparable Luci que siempre correteaba tras ella, la verdad es que esa muchacha la recordaba a Dila, siempre tras Syra como si no hubiera otras cosas en el mundo, solo que solía estar enfada por tonterías. Syra los miro con desprecio, parecía otra persona, con una expresión cambiada y enfadada, llena de ira, Nela enseguida supo que estaba influenciada por la luna, pero eso no callaba los extraños pensamientos que tenia, esos pensamientos poco a poco se fueron convirtiendo en una voz en su mente, con la que mantenía una discusión.

- Ellos no te quieren, no te respetan, tu eres fuerte, no huyes, estas destinada a hacer grandes cosas… destinada a dominarlos, quítate la mascara, enséñales quien eres de verdad – las palabras resonaban en su cabeza y no podía detenerlas, y para mejorar la situación, Syra apuntaba a Nela con su arco, con mirada de odio ante la pasividad de Jacob y Marcus, que aunque intentaban detenerla, solo lo intentaban convenciéndola. –Yo soy tú, la verdadera tú, te ocultas tras una mascara, pero en el fondo solo tienes miedo, déjate llevar y haz lo que realmente deseas, no te resistas y serás poderosa, serás una diosa – La voz continuaba sin cesar aunque encontraba resistencia en la voluntad de la muchacha. – No soy una diosa, solo soy una mortal – replicó Nela agotada, quizás no lo aparentaba demasiado, pero entre el viaje a la bifurcación y las pesadillas llevaba mucho sin descansar bien, y su cuerpo y su mente se resentían. – Por ahora - fue la respuesta de la voz, esa respuesta hizo temblar a la muchacha solo de imaginar los planes que tenia su propia mente.

Tras unas horas de lucha interna que a Nela le parecieron días, y tras demostrar que ya no tenía ni control de su cuerpo, al sentir como esa voz hizo que desenvainara su espada, fue perdiendo la batalla poco a poco, por suerte, Syra recupero el sentido y trato de ayudarla. Pero Nela ya no era la misma, su agotamiento desemboco en dolor e ira, irritada por no poder siquiera a intentar dormir tranquila, sin que quisieran llevarla a la atalaya, suplico la protección de su dios, envolviéndose en un santuario para desaparecer de la vista de todos. Rendida, llego a la habitación arrastrando los pies… dejó caer su maltrecho cuerpo sobre la cama e intento cerrar los ojos. Simplemente no pudo, al cerrarlos los abrió de nuevo sobresaltada, unos Ojos rojos la esperaban en sus sueños, sueños que no pudo evitar, no podía más, el agotamiento la venció, y otra terrible noche de horribles sueños la atormentaba, sin dejar que el merecido descanso llegara, una noche de pesadilla que ni siquiera podría recordar al alba.

//lo mismo, aqui ando escribiendo furtivamente desde el curro, cualquier nombre o cosilla mal puesta, pues disculpad! :P
Malar
Mas pesado que Rusillo con los Tejones.
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Re: Pesadilla

Mensaje por Malar »

Buen relato
La Bestia (parda)
Beshaba

Re: Pesadilla

Mensaje por Beshaba »

¡Pues tendrá premio, que hace mucho que no escriben uno de mis quest! :P

:idea:
Nela

Re: Pesadilla

Mensaje por Nela »

- ¿Y ya está? ¿Tal cual vino se fue? ¿Así de fácil? – La mirada incrédula de Nela se posaba en la serena y dulce mirada de Dana, poco antes de que recorriera con la mirada la Atalaya, sonrío a Ashnar y entregó la donación como era costumbre. Nela no podía creer que hubiera sido todo tan fácil, y es que, pasó de las pesadillas más horribles, a los sueños más profundos, y todo con una simple charla con Dana.

Como Jacob prometió, se encargó de que Dana recibiera una carta contándole el problema de Nela, pero escuchando las peticiones de esta, también la advirtió de que debía ir armada, pues en este momento, Nela no se fiaba de si misma. Aun así, la cleriga de Lathánder no hizo caso y acudió tranquila y desarmada, era increíble como, a pesar de lo que Nela le contaba en la intimidad del blasón, Dana no perdía la sonrisa ni se preocupaba. Estaba claro que Nela tenia mucho que aprender de ella, a no dejarse superar por las situaciones como días antes la había ocurrido.

- Bueno Nela, ahora cuéntame paso por paso y sin dejarte detalles, lo que has sentido – Dijo Dana sin perder la serenidad, ni la sonrisa característica de ella.
- Veras… todo empezó con la llegada de aquel hombre, pero eso ya lo sabes, vino pidiendo ayuda desesperadamente y herido, pedía que le ayudáramos, que algo venia a por él y que se lo sacáramos de la cabeza. Yo intente sanar sus heridas y entonces pasó lo del circulo de runas rojas que nos rodeó, yo sentí un escalofrío y el hombre se desplomo muerto, luego escuché como avispas, un zumbido. Desde entonces, poco a poco empecé a tener pensamientos que jamás tuve, pensamientos muy malos, luego esos pensamientos se convirtieron en deseos… luego las pesadillas y la aparición de unas quemaduras en forma de huellas de pisadas, como de pezuñas en mi habitación, y un zarpazo en la puerta como de tres garras. Tengo un dibujo de esas huellas – Nela tomo un respiro y sacó un retal de tela con la huella dibujada con carboncillo, mientras, aprovechó y se aclaro la garganta mientras Dana atendía con caras de sorpresa - después – hizo otra pausa – los pensamientos se convirtieron en una voz, tentándome con poder y poniéndome en contra de todos, y por ultimo, he empezado a sentirme mal en la atalaya, algo me hace sentirme asqueada y tener nauseas cuando entro – Termino diciendo Nela mientras se frotaba los ojos frustrada
- No te preocupes Nela, creo que puede ser cosa de una posesión, algo que pasó de ese hombre a ti cuando le tocaste. Estudiare el caso mas a fondo y te curaremos – sentenció Dana completamente confiada y aliviando los nervios de Nela.

Desde ese encuentro en el que, aparentemente, Dana no había hecho otra cosa mas que escuchar, los resultados fueron inmediatos. La voz había cesado, los malos deseos, las pesadillas, todo parecía haber desaparecido. Dana volvió a ver a Nela para examinarla mas a fondo, aunque ya daba señas de encontrarse mejor, tras conjurar algo que Nela no comprendía, Dana aseguro que no había presencia alguna de posesión, y velando su sueño, confirmó que Nela no tenia más pesadillas, de hecho, le costó mucho despertar por la falta de sueño. La ultima prueba fue entrar a la Atalaya, donde Nela confirmó que se sentía perfectamente, no se lo podía creer, era todo demasiado extraño, pero no quiso tentar al destino y simplemente se alegro de poder descansar por fin, con una sonrisa y agradeciendo a Dana algunos conjuros disipadores, sanadores y protectores, se marchó contenta directa a la rosa y el martillo, no sin antes, escuchar la recomendacion de Dana, si volvia a sentir algo similar, la buscase inmediatamente. – Voy a darle una paliza a la cama… pero una de verdad, ¡vaaamos si le voy a dar una paliza! – No paraba de decir Nela, muy contenta, y dicho y hecho, fue tocar la cama y dormir profundamente, de hecho, quien pase por allí, no podrá evitar escuchar unos fuertes ronquidos como si de un oso hibernando se tratara.
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