- Diario del camino -

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Elipse

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Primeros días:


Llegamos a Nevesmortas. Lo primero que siento al entrar en la Marca Argéntea es frío, más aún si tenemos en cuenta que el origen de nuestro camino comenzó en Calimshan.

Nos instalamos en la taberna del pueblo y damos una vuelta por los alrededores, reconociendo el terreno. Las gentes de por aquí suelen ser bastante abiertas, no me fío de todos. Sobretodo de la serpiente, por aquí la llaman Drum, pero es una serpiente. Tiene la lengua muy larga.

Ylvatia comienza a promocionar nuestro trabajo y la gente lo acoge bien, incluso tenemos un par de encargos que según ella nos permitirá quedarnos una larga temporada por aquí. Me parece bien, hay muchos caminos que recorrer por esta región y no conozco nada de ella.
Tenemos unos cuantos bocetos y anotaciones de los alrededores de Nevesmortas, pero todavía tenemos que conseguir los materiales para comenzar con la elaboración de los mapas.
También hemos estado en Sundabar, gracias a un portal mágico que abrió el ruiseñor negro, por aquí la llaman Katy, pero es un ruiseñor. Siempre cantando.

Para empezar necesitamos pieles de buena calidad, así que ya he comenzado con la exploración de la fauna y entablar contactos con algunos lugareños, expertos en curtir pieles y venderme los útiles necesarios. Serán de gran ayuda. También hemos conocido gente que nos quiere ayudar a expandir este negocio, supongo que en beneficio de todos. Es un bengalí, por aquí lo llaman Marcus, pero es un bengalí. Como él dice: "Soy un culo inquieto".

Mañana partiremos rumbo al Norte, hay varios caminos que tengo ganas de andar.

Shondakul nos guíe.


*Da un soplo seco a la vela que alumbra el libro en el que escribe y se acuesta en el camastro*
Elipse

Re: - Diario del camino -

Mensaje por Elipse »

Primeras Dekhanas:



Muchos días han pasado desde que escribí aquí, apenas he tenido tiempo. El trabajo no nos deja un minuto de respiro y la verdad, es una situación que no esperaba que se produjese tan pronto. La gente está respondiendo con mucha demanda a nuestros mapas y los encargos nos llueven. Tanto es así, que ya hemos finalizado el primer encargo del petirrojo, por aquí la llaman Daya, pero es un petirrojo. Pelaje rojo, elegante y dulce cantar.

Ese pago nos ha venido bien para comprar materiales y preparar nuestros próximos viajes. Las ciudades de Sundabar, Adbar y Argluna nos esperan. El próximo encargo es el del ruiseñor negro, quiere un mapa de toda la ciudad de Argluna, al parecer le cuesta moverse por esas calles. Yo ya he estado allí. Fue hace algunas lunas, mientras el lince pasaba las horas muertas en la taberna con juegos de cartas hechos por ese adivino que hace poco llegó a la villa. Zarandajas.
Mis pies se pusieron en camino y éste me llevó a Argluna. La ruta desde Nevesmortas es larga y no exenta de peligros, grandes peligros. Pero no iba solo, el oso me acompañaba, por aquí lo llaman Vardak, pero es un oso. Grande y fuerte como uno norteño.

A mi vuelta, el lince ya tenía cerrados varios encargos más y apalabrados otros tantos. Incluso hay alguno que quiere un mapa de toda la Marca Argéntea. Por Shondakul, vamos a estar una larga temporada en esta región y no quedará rincón que no conozca.

También vamos a contar con gente que recorrerá algunos caminos con nosotros, unos porque sus habilidades nos ayudarán a llegar nuestro destino y otros por su propio interés. Es el caso del ratón de biblioteca, por aquí la llaman Fraya, pero es un ratón. Siempre leyendo.

Por último está el tema de las flechas. He decidido ponerme a creármelas con mis propias manos. Ya está bien de ir buscando de tienda en tienda, de ciudad en ciudad. Acabo de empezar con las de pino, su material es flexible y fácil de trabajar. Algunos hombres me están dando indicaciones de cómo tratarlas y de cómo conseguir los materiales. Es un buen quéhacer para las jornadas ociosas que pasamos en Nevesmortas, entre viaje y viaje.

Mañana volveremos a recorrer el Camino de la Bifurcación.

Shondakul nos guíe.



*Antes de soplar la vela, mira a su derecha. Ylvatia duerme en el otro camastro y a su lado, sobre una mesita de madera, se encuentra una urna de cristal que resplandece en tonos azulados. Ârstan sonríe levemente y sopla la vela*
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