Re: El antifaz de seda
Publicado: Sab Feb 11, 2012 3:39 am
por Tymora
No se quien eres, ni a que te dedicas, pero por favor.... SIGUE ESCRIBIENDO.
Re: El antifaz de seda
Publicado: Dom Feb 12, 2012 10:06 pm
por Libelul@
Hasta el momento la única unión que conocía era la nuestra, la de la persona que me había encerrado aquí y yo. Para las dos era suficiente, nunca deseábamos tratar con el resto de personas más allá de lo que nos obligaran nuestros objetivos. Ella solía decir que debíamos ser como el viento, el viento se adentra en todos los rincones, atraviesa montañas, acaricia la mejilla de un extraño... pero nunca se queda fijo en ningún lugar ni a nadie, ni a nadie Ary, éso ultimo sonaba tan...melancólico, nunca fui capaz de esclarecerlo del todo.
El frío del húmedo lugar ya empezaba a hacer mella en mis huesos, debía moverme si no quería acabar aquí congelada, froté mis manos con fuerza mientras exhalaba el poco aliento que me quedaba e intenté hacerme una idea de las dimensiones del lugar.
Comencé a realizar pasos cortos, sin levantar apenas los pies del suelo, las manos hacían de escudo hacia lo desconocido, cuando llevaba ya unos quince pasos, me di cuenta de que aquello se extendía más de lo que creía, no tenia pinta de ser una habitación o celda, era algo más, ¿pero el qué?...
había sido entrenada para fijarme en cada nimio detalle, y ahora no era capaz ni de ver mis propias manos, avancé un poco más por lo que parecía un pasillo ancho, pues no era capaz de tocarlo con ambas manos. Y de pronto...
La punta de los dedos de mi pie derecho quedo suspendida, en el aire, el peso de mi cuerpo iba justo hacia la misma dirección ayudado por la otra pierna, cuando tuve que hacerlo retroceder en medio segundo hacia atrás con mis brazos agitándose para contrarrestar la gravedad.
Retrocedí nerviosa un par de pasos más y acabé sentada en el suelo intentando recuperarme de lo sucedido, pero no conseguí más que golpear enfurecida el suelo con un puñetazo mientras los demonios de mis miedos volvían a recorrerme por todo el cuerpo.
¿Y si no llego a retroceder? ¿y si hubiera caído a ese maldito oscuro vacío? ¿qué hubiera pasado? ¿acaso a ella le importaba la respuesta? ¿la tuvo en cuenta antes de encerrarme aquí? , tragué saliva y me dije a mi misma que no iba a volver a llorar, no, esta vez no... me morderé el labio hasta sangrar si fuera necesario, pero no lo haré...
Volví a levantarme no sin antes coger alguna piedrecilla o algo lo bastante consistente para que sonará al lanzarlo y averiguar la profundidad de la caída.
Me acerqué nuevamente un poco y tiré la piedra rezando por que sonara cuanto antes, y vaya si sonó, nada más lanzarla note su tintineo, me acerqué más y estiré mi brazo en ese vacio para poder tocar el fondo, pero no lo encontré, mi mano seguía suspendida sin nada en lo que poder apoyarse, ¿qué locura es esta? Me preguntaba aun agitando la mano hasta que... mi codo se golpeó con algo, llevé la palma de la mano hasta ello y lo palpé analizándolo. Juraría que por su tacto era madera, una madera no más larga de de dos pulgadas, y allí estaba la dichosa piedra, yo diría que hasta riéndose de mí. La madera seguía hacia delante hasta donde mis brazos estirados no me dejaban conocer más, el único nexo de unión que me quedaba del suelo era una tabla de madera de no más de dos pulgadas de ancho con un largo imposible de adivinar.
¿Por qué me haces esto? Esta vez la pregunta fue susurrada tímidamente por mis labios, la respuesta que encontré a la misma , me llegó desprevenida como un puñal por la espalda, atravesándome lenta y dolorosamente...no era suficiente para ti, siempre me quedaba un peldaño por debajo de lo esperado, ese maldito peldaño al que sólo conseguía rozar con las manos, clavarle las uñas desesperada y volver a caer en el peldaño inferior...tal vez nuestra unión no estaba por encima de ello como yo pensaba, tal vez se me agotó el tiempo para alcanzarlo, o tal vez esto estuviera por encima de todo lo que yo pueda imaginar en este momento...
Sea como fuere, el dolor que produjo ese puñal en mi corazón, no desapareció al levantarme.
Puse los pies al comienzo de la madera, uno debía estar delante del otro para conseguir apoyar ambos sin salirme de la tabla. Estiré todo mi cuerpo y coloque los brazos en cruz, y cerré los ojos...¿por qué los cerré si estaba a oscuras?, no podían otorgarme más oscuridad de la que allí moraba, pero aun así lo hice, cerré mis ojos y me entregué a lo que pudiera ocurrir, a lo que me deparará el destino, recordé lo que pudiera ser una última vez su rostro, esos hermosos ojos azul cristalino, témpanos de hielo cuando se defendía, y sus larga melena azabache, con el brillo de una daga argéntea cuando la luna se reflejaba sobre ella.
Avance un paso doblando las rodillas para mejorar el equilibrio, mientras mis brazos iban ayudándome a recomponer la compostura, tenia tan retenida la respiración por el miedo que apenas conseguía el aire suficiente para poder dar el siguiente paso, mi corazón galopaba como un caballo salvaje y mi sangre no había recorrido mi cuerpo tantas veces y en tan poco tiempo como en este momento.
Vamos, un par de pasos y lo tienes Ary, me decía sin ni siquiera saber cuánto le quedaba a esa tortura...cuando ya llevaba unos veinte pasos, noté un frió distinto en la planta de mis pies, la suela de mis zapatos era muy fina, siempre las usábamos así para meter los pies por cualquier recoveco que fuera necesario, estiré un poco más una de las piernas y dibuje una pequeña semi circunferencia, notando que en todo el recorrido de la misma podía palpar ese frio, respire profundamente aliviada y me incliné a besar el suelo sin ningún pudor por hacerlo. Tras lo cual sonreí.
Había llegado, o al menos eso creía. Con mucho cuidado comencé a tantear el lugar, esperando encontrar algo que me indicase como proseguir. A medida que mis sentidos se acostumbraban, me di cuenta que el sonido quedaba de algún modo distorsionado, como si algo lo contuviese; nunca había sentido algo así, y no sabía que pensar. La habitación era una pequeña antesala, larga pero no muy ancha, sin embargo no conducía a ningún lugar, todas las paredes eran de roca, sin salidas. Quizás había dejado algo atrás.
Al principio no me di cuenta, fue tan rápido y sigiloso que ni siquiera todo lo que había aprendido me sirvió para defenderme. Algo me golpeo con mucha fuerza en la espalda, empujándome unos pies hacia la pared. El golpe vino acompañado por una gélida corriente que se extendió por todo mi pecho, dejándome sin aliento. Apenas podía moverme, sentía como me faltaba el aire a medida que el frio inundaba mi cuerpo. En esos instantes, mis pensamientos corrían raudos y desordenados, frenéticos; quedarme quieta supondría mi muerte, pero no sabía que estaba ocurriendo y cualquier cosa que hiciese podría servirle en mi contra. Mi cuerpo reaccionó antes, enviándome con una pirueta hacia un lado, rodando por el frio suelo sin apenas poder ponerme en pie. Levante los brazos, intentando poner distancia entre ambos, intentando recordar donde estaba para no caer al vacío con un paso en falso. Era difícil, el sonido venia amortiguado, y apenas lograba oír nada. Sin embargo, sí que lo sentía, sentía el frio que emanaba de lo que fuese que me acechaba entre las sombras. Deduje que quien quiera que fuese no portaba armas, el golpe no me cortó, al menos tenia eso a mi favor. Pensé en usar la caída contra él, llevándole al borde y escabulléndome de algún modo.
Cuando comenzaba a sentir mi pecho, se abalanzo sobre mí. La advertencia del frio no fue suficiente para evitarle. Aunque no me dio de lleno, me rozó la pierna, y eso fue suficiente como para que no volviese a sentirla durante todo el combate. Sé que tenía la pared a mi espalda, se me ocurrieron ideas tan descabelladas como tratar de trepar, o buscar la pasarela por la que había llegado a la sala, sin embargo no hice nada de eso. Rodé de nuevo, tratando de esquivarle, y así comenzó una danza de la que no podría salir con vida. Por más que tratase de evitarle al final me alcanzaba con su gélido abrazo.
Sentía a la criatura rodeándome, jugando conmigo, sentía su frio, que ya comenzaba a adentrarse dentro de mí, sumiéndome en un sueño dulce y placido. Entonces llego el fuego. Como una llama que se propaga por la hierbas resecas, como un rayo que reduce a cenizas aquello que encuentra, broto dentro de mí un calor tan fuerte que creí que me quemaba. La rabia, la vergüenza, la venganza, me devolvieron al lugar donde estaba. No era una cobarde, ni me habían enseñado como a tal, no había dejado de comportarme como una víctima desde que me arrojaron a la oscuridad, pero yo no soy tal cosa. Improvise, abalanzándome hacia un lado, golpeando con fuerza el suelo antes de saltar, utilizando el sonido que llegaba más lento. Justo cuando calculaba que mi adversario había golpeado a donde mi pisada había resonado, me lance hacia él, pateándole. Funcionó, y aunque sentía mis pies entumecidos, seguí haciéndolo una y otra vez. Ahora jugaba yo con él, y el próximo paso era lanzarlo por el precipicio.
Cayó, si, pero antes de que pudiese sentir alegría, su frio se introdujo dentro de mi con una fuerza imparable. No podía respirar, apenas podía moverme. Luche con todo mi cuerpo, sentía como algo me rodeaba, como si ese ser hubiese logrado convertirse en viento y estuviese por todas partes. No se cuanto tiempo estuve asi, pero mis fuerzas flaquearon, mi alma se derrumbo cuando supe que aun con todo ese esfuerzo no habia logrado lo que ella quería para mi.
Unete a ella.
Claro.
Una idea descabellada surgió en mi mente. Luché con la criatura, pero no tratando de echarla de mi, sino metiéndola aun mas, dentro de mi cuerpo, de mi mente, de mi alma. Luche con todas mis fuerzas por unirme a ella. Y ella me abrazó.
No se cuanto tiempo estuve en la fría celda, pero si que cuando desperté ya no habia oscuridad., al menos no para mi. Todo era tan claro como si lo viese a la luz del dia. Ahora era una con las sombras.
En la pared, unos tres metros arriba, habia un agujero. Trepe como pude, y durante un buen rato estuve reptando por el túnel excavado en la roca.
Corrí como pude en su búsqueda, por el olor noté que aquel sótano donde aparecí no estaba muy alejado del laboratorio. Ansiaba con todas mis fuerzas decirle que había superado ese peldaño, que ya nunca podría volver a separarnos, nunca el pequeño refugio me pareció tan grande, las habitaciones no parecían tener fin para dar con ella...Y al fin la vi.
El grito para decir su nombre y buscar su mirada quedó a mitad de camino en mis labios antes de pronunciarse, pues nada de lo que acaeció en ese infierno del que salí me preparo para lo que estaba viendo...
Continuará...
Re: El antifaz de seda
Publicado: Lun Feb 13, 2012 4:32 am
por Profesor323
*ss*
Muy precioso princesa....abre los ojos, ya llegamos al pueblo, y es hora de comienses tus estudios