Abre la puerta del antro, dirigiéndose a la barra intentado evitar llamar demasiado la atención. Llama al tabernero sirviéndole una jarra de cerveza, preguntado por algún lugar tranquilo donde poder descansar, el camarero se echa una risa irónica y como alma que lleva el diablo le agarro del pescuezo dándole contra la barra.
-Iba en serio, estúpido, si sabes algún lugar tranquilo ya estás hablando.
El camarero se levantó mientras se frotaba por el dolor sufrido en la cara, mientras le explicaba que había oído rumores de un lugar que aunque no fuera un paraíso estaba bastante apartado y poco concurrido al norte muy al norte pero no cadente de aventuras y peligros donde últimamente se dirigían bastantes hombre en busca de fortuna.
-Bien, toma por las molestias.- Le dio el dinero de la cerveza y se marchó de allí.
Serpenteo por las calles de aguas hasta salir de allí tomando dirección norte hacia esa región, no sabía nada de aquella región ni siquiera si estaba lo que ella buscaba pero sus ansias de venganza, por aquellos que la traicionaron y las derrotas sufridas últimamente, ocupaban su mente.
Tras jornadas dejo muy atrás aguas profundas, caminando duramente y durmiendo en aquellas posadas que encontraba a su paso, encontrando a su paso rumores de esa zona y a la que algunos arcanos migraban a aprender magia, pero poco más salían de sus bocas.
Parecía que su búsqueda no iba a tener, buscar el camino para recuperar el prestigio como corsaria hasta que llego a una pequeña villa llamada Nevesmortas, que donde dirigía la vista veía arcanos, hablaban de trabajos para aventureros e incluso de una escuela de magia. Por fin su camino había llegado a su fin, un lugar donde poder evolucionar su poder sin problemas de espías y traidores que entorpecieran sus estudios, a la vez que podría ejercer su profesión.
-Al fin llegue. La corsaria Shalia deja su nombre y se convierte en Redflame la mercenaria.-Murmura en voz baja.
Así entra por primera vez en Nevesmortas a conocer el nuevo camino que le abren estas tierras y su regreso final para recuperar aquello que le pertenece por derecho: su honor y su barco.
