Noril de Carranza

Los trovadores de la región narran la historia de sus héroes. (Historias escritas por los jugadores)

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Bosko

Noril de Carranza

Mensaje por Bosko »

La noche donde todo comenzó


Era de noche y Noril estaba terminando las ultimas telas mientras su mujer y su hijo ya se habían retirado a casa tras una dura jornada, fue ahí cuando alguien llamó a la puerta.

-¡Estamos cerrando vuelva mañana!

Los golpes se repitieron ahora más fuerte.

-¡Cerrado! Abrimos a partir de las 6

Y una vez más los golpes se repitieron, casi tirando la puerta abajo. Noril salió a ver quién era el descerebrado que aporreaba así su puerta.

-Vuelva mañana, ya hemos cerrado.

Ante él, un hombre corpulento, con el rostro oculto bajo una capucha.

-Buenas noches anciano, vengo a saldar un par de deudas

Dijo el desconocido con voz inquisidora. Tras aquello Noril intento cerrar la puerta pero el encapuchado la embistió impidiéndoselo y tirándole por los suelos.

-Vamos viejo, no pongas las cosas peores para ti. Aun puedes hacerlo por las buenas y todos seremos más felices.

Noril rio ante aquella situación mientras se ponía de pie lentamente.

-¡De que te ríes! Creo que aun no sabes de qué va esto

El encapuchado trato de darle un derechazo en el rostro pero Noril lo evito sin casi dificultad aprovechando el amago para tomar la escoba que descansaba sobre la esquina del mostrador.
El encapuchado al ver el pésimo intento de arma de Noril desenvaino su cimitarra riendo.

-En serio, no empeores las cosas. Tan solo quiero que me pagues. No me obligues a hacerte daño

Al oír eso la expresión en el rostro de Noril cambio drásticamente. Con un movimiento rápido hizo palanca con su pie, partiendo la escoba desprendiendo así la zona de las cerdas y esgrimió el palo a modo de espada.

-Lección numero 1, nunca entables un combate si no conoces nada de tu adversario.

Seguidamente Noril atacó al encapuchado con una rapidez tal que los movimientos de su rival resultaban totalmente inútiles, consiguiendo golpearle sin descanso con el palo hasta que de pronto un golpe seco fue a parar a la mano haciéndole perder así su cimitarra.

-Lección numero 2, nunca suelt....

De pronto una silueta salto a su espalda clavándole un puñal en el hombro derecho, momento en el cual el encapuchado aprovecho para recuperar su arma mientras Noril forcejeaba para quitarse aquella silueta de la espalda con dificultad debido a la daga aun clavada. De pronto lo vio claro y decidió tirarse de espaldas sobre aquella silueta encima de la mesa de trabajo, así podría quitársela de encima antes de que el encapuchado pudiera llegar a él. Esto conllevo que la lámpara de aceite volcara sobre un montón de telas provocando una gran llamarada que se expandió rápidamente por toda la tienda, pero con ello consiguió que la silueta se desprendiera de su espalda y ganara tiempo para fintar el golpe que venía cargando el hombre encapuchado haciendo que perdiera el equilibrio y saliera literalmente volando por la ventana.

-Ahora veamos quien narices eres tú.

Se acerco hacia la silueta que aun trataba de ponerse en pie sobre la mesa y antes de que lo consiguiera Noril la agarro de sus ropas y la quitó la capucha.

-Vaya vaya si es una jovencita que juega a ser asesina

-¡Que te jodan anciano!

Aquella mujer le escupió en el rostro mientras intentaba zafarse sin éxito. Para entonces el fuego ya se había propagado rápidamente y la mitad de la tienda estaba ahora en llamas.

-No sabes lo que has hecho. Vas a pagar muy caro todo lo que acabas de hacer y tambien lo pagaran tu mujer y tu hijo porque sab..

Noril se artó de las amenazas y estampó la cabeza de aquella chica sobre la mesa dejándola inconsciente. Al ver que el fuego consumía su tienda y no había posibilidad de apagarlo intentó salir de allí pero algo lo detuvo, un pensamiento en su cabeza.

(Maldito Lomer, ha enviado a estos patanes para que pague mis deudas. Voy hacérselas pagar muy caro, pero ese hijo de perra tiene mucha protección, yo solo no podre acercarme a él para darle su merecido a menos que....)

Volvió sobre sus pasos mientras se sacaba la daga de su hombro con expresión de dolor y una vez llego a donde la chica inconsciente la cogió del tobillo y la saco arrastras de entre las llamas dejándola junto a su compañero el encapuchado que aun trataba de recuperarse de la caída.

-Tu musculitos sin cabeza. Os han pagado para hacerme pagar mis deudas no? Os ofrezco el doble de lo que habéis cobrado. A cambio me llevareis ante el que os contrato y me ayudareis a matarlo. Así vosotros ganareis dinero como las sucias ratas que sois y yo podre recuperar el dinero suficiente para reconstruir mi tienda.

Agarró al encapuchado por el cuello.

-Y no es una oferta.

-Bien bien, Sarah y yo te ayudaremos

Dijo Falcon mientras intentaba respirar.
Bosko

Noril de Carranza, el Origen

Mensaje por Bosko »

El Origen:
Todo comenzó en hace ya unos 52 años en una pequeña aldea cercana a Esmeltaran. Llevaba una vida humilde ya que era hijo de granjero y mi madre se dedicaba exclusivamente a cuidar la casa y de mi por lo que nunca tuve grandes lujos pero tampoco llegue a pasar demasiada hambre.

Todo cambió bruscamente cuando una fiebre se llevó a mi madre en apenas unos días.Yo en aquel entonces tendría unos 12 años y podía ayudar a mi padre a llevar algo de dinero a casa, y así hice durante un tiempo. El problema fue que mi padre no llegó a superar su perdida y lo único que aliviaba sus recuerdos era gastarse media jornada en la taberna todas las noches. Al principio deje que lo superara como buena mente pudiera pero con el tiempo no toleraba que se gastara su sueldo y el mío en llegar cada noche apestando a alcohol y dando tumbos mientras yo me mataba en ganar algunas monedas y cuidar de la casa como lo hacia mi madre.

Así pues paso 1 año y las cosas seguían igual hasta que decidí plantarle cara y decirle lo que realmente pensaba. Con ello solo conseguí que aparte de ahogar sus penas, desfogara toda su furia contra mí. Si tenía un mal día o volvía a el algún recuerdo de mi madre, lo pagaba conmigo. Desgraciadamente esto sucedía muy a menudo con lo que ya me hice a sus golpes y palizas. A veces me gusta pensar que no toda esa etapa de mi vida fuera negativa, con ella aprendí que siempre vas a recibir golpes, pero solo depende de ti si quieres recibirlos o intentar esquivarlos.

Tras darme cuenta de que las cosas no cambiarían en con mi padre, cogí algún dinero y mis cosas y me marche de casa. Camine varios días sin descanso hacia la costa hasta que el cansancio me pudo y entre en la primera posada que vi, cerca de Crimmor. Allí me di cuenta que un niño de 13 años no podría ir muy lejos él solo. Así que pase la noche y al siguiente dia intente ganarme la vida como buenamente pude. Un día trabajando el campo, al siguiente cargando carretas, otro lavando telas y así fue durante un par de meses que parecieron años para mí.

Un día, viajando en posta buscando algún otro pueblo donde encontrar algún trabajo mejor, compartí viaje con un joven elfo lunar. Sus ropas eran elegantes y su lengua era culta y educada, además desprendían aromas que hacían disfrutar del viaje. Al parecer debí llamarle la atención, yo solo y tan joven, y me pregunto qué hacia un chico de mi edad allí solo. No me gustaban los desconocidos, pero aquel elfo trasmitía confianza, quizá por su sonrisa o simplemente encanto natural, el caso es que le conté mi historia. Pareció entristeceré por lo que me ofreció un trabajo. Simplemente debería acompañarle en su viaje y servirle en todo lo que me pidiera. De primeras me pareció un trabajo fácil y duradero, y aquel tipo me inspiraba tranquilidad así que acepte.

El camino era largo, nunca pasábamos dos días en el mismo sitio. Siempre íbamos de un lado a otro sin descanso, y sin rumbo fijo. Con el tiempo nos fuimos conociendo mejor. Merelor era su nombre, y era un elfo que quería conocer mundo. Conocer las gentes y sus culturas, sus paisajes y sus ciudades. Yo simplemente tenía que lavarle las ropas, prepárale la comida si acampábamos en algún lugar o llevarle el exceso de equipaje. A cambio el me daba comida y protección, y con el tiempo comenzó a adiestrarme en diversos campos. Me enseño a leer, a conocer su fe, su cultura, su lengua, y lo que más valoro hoy en día, el arte de sus ancestros con las armas.

Me enseño mucho sobre el arte y el manejo del estoque, tanto movimientos de combate como filosofía del mismo. Para él aquello no era simplemente saber defenderse, si no toda una cultura y una religión. Poco a poco aprendí diversos estilos de combate, según lo requiriera la situación, también aprendí que aunque parezca extraño, también de los libros puedes aprender a combatir, ya que muchos elfos han dedicado su vida entera a mejorar y enseñar dicho arte, y sus libros son numerosos y no muy difíciles de encontrar.

Pasaron los años y yo era un joven de 22 años capaz de desenvolverme en aquel mundo por mí mismo y Merelor se dio cuenta de ellos. Satisfecho te sus enseñanzas y de todo el conocimiento y experiencias que había adquirido durante el viaje decidió que era el momento de regresar a su hogar con los suyos. Yo ya sentía aquel elfo como parte de mi familia, y apreciaba su cultura como si fuera la mía pero comprendía que no podía ser así, que nuestros caminos se separaban.

Así pues en Secomber, nos separamos, el volvió a su hogar y yo comenzaba mi nueva vida donde yo dependería únicamente de mi mismo y mis habilidades.
Bosko

Noril de Carranza

Mensaje por Bosko »

Un hombre de armas:
Ya había pasado un año desde que mi maestro y mentor Merelor me dejara para regresar a su hogar. Ahora con todo lo que había aprendido de él, tenía muchas más posibilidades de encontrar un trabajo con el que ganarme la vida. Tras escuchar muchos rumores y cotilleos por toda la villa decidí presentarme ante el conde Pontar y ofrecerle mis servicios como soldado y entrar a formar parte de su guardia.

El conde Pontar era buen un hombre. La mayor parte de sus riquezas provenían del comercio de minarles provenientes de las minas de las montañas. Sus principales socios eran enanos quienes le ayudaban a trabajar las minas a cambio de un porcentaje de las ganancias. Por ello siempre necesitaba soldados que protegieran las minas y escoltaran a sus socios hasta su destino.

Con mi entrenamiento y mi disciplina no tuve ningún problema en entrar a formar parte de la guardia. Los dos primeros años fui un simple soldado, de guardia en guardia todo el día, vistiendo una pesada armadura y con una espada mas incomoda que útil en el combate.

Al cabo de 2 años, gracias a mis ideas y mis aportes para mejorar las guardias y las defensas del palacio, conseguí ascender a sargento. Tenía bajo mi mando un regimiento de soldados encargados de vigilar el camino hasta las minas. El rango me ayudo a conseguir ciertos privilegios como el librarme de aquella pesada arma y poder conseguir un buen estoque con el que poder desempeñar mis funciones. Además, pude conseguir algún libro de los maestros lunares con el que seguir desarrollando mis habilidades con el estoque.

Pase tanto tiempo en los caminos, escoltando enanos y sus minerales que acabé aprendiendo su idioma y alguna de sus costumbres, pero nunca consiguieron que me gustara su cerveza. Aquella fue una buena época. Tenía un buen sueldo, trabajaba con buena gente y tenía un lugar al que poder llamar hogar. Por si fuera poco conocí a una de las sirvientas del la condesa con la que al cabo de un tiempo contraje matrimonio.

Con el paso de los años las cosas fueron cambiando. Según mi fama y mi reputación iban aumentando, las riquezas y el poder del conde se iban reduciendo por culpa del duque del Valle Gris que comenzaba a ganarle terreno. Yo en aquella época había conseguido llegar a capitán de la guardia. Mis ocupaciones eran adiestrar a los soldados en combate con la espada y organizar todas las tropas del norte del condado. Aunque también muchos oficiales venían a verme para que compartiera con ellos mis habilidades y conocimientos a cambio de unas monedas que nunca venían de mas.

Así pasaron los años. Cuanta más reputación iba consiguiendo, mas tierras y riquezas perdía mi señor. Por aquella época mi mujer dio a luz a nuestro hijo y comenzamos a plantearnos si merecía la pena seguir bajo aquel señor al borde de la bancarrota o buscar otro al cual ofrecer mis servicios. Al final no hizo falta, ambos señores se reunieron para llegar a un acuerdo y negociar las tierras y así conseguir salvar su estirpe y conservar alguna riqueza. Al menos eso hubiera pasado si su competencia no hubiera sido tan ambiciosa. Viendo la debilidad del conde Pontar decidieron acabar con el de una vez por todas y entraron en su palacio arrasando y saqueando todo a su paso. Pasaron por la espada a toda su familia y a cuantos guardias se interponían en su camino. Los pocos que fuimos sensatos dedicamos huir de aquellas tierras.

Así pues mi familia y yo cogimos todo lo que teníamos ahorrado y emprendimos camino hacia Aguas Profundas donde comenzaríamos una nueva vida. Con todo lo que logramos salvar pudimos montar una pequeña tienda de telas donde poder ocultarnos de posibles matones del duque del Valle Gris ya que habíamos oído rumores de que intentaba eliminar todo rastro de la casa Pontar. A pesar de todo, nunca deje de lado mis habilidades y siempre que podía intentaba entrenar un poco o conseguir algún libro del que aprender alguna cosa nueva.
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