Clangeddín Bargênta

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El Padre de la Batalla, el Señor de las Hachas Gemelas, la Roca de la Batalla

  • Deidad intermedia enana
  • Símbolo: Dos hachas de batalla cruzadas
  • Plano Natal: Hogar enano
  • Alineamiento: Legal bueno
  • Ámbito: Batalla, guerra, valor, valentía, honor en la batalla
  • Adoradores: Bárbaros, enanos defensores, enanos, guerreros, monjes, paladines, soldados, estrategas, tácticos, combatientes
  • Alineamiento de sus clérigos: LB, LN, NB
  • Dominios: Bien, Enano, Fuerza, Guerra
  • Arma Predilecta: "Mal de gigantes" (hacha de batalla)


Descripción

Cuando los enanos marchan a la batalla, los himnos de Clangeddín Bargênta resuenan en los corazones de los guerreros. Aquellos enanos que luchan por profesión o preferencia (que son la mayoría) honran al Señor de las Hachas Gemelas en cada palabra y obra, prometiéndole honor en la batalla, maestría en el entrenamiento y sabiduría en la guerra. Clangeddín nunca retrocede ante un desafío, nunca pacta y nunca se rinde, incluso cuando todo está perdido. Clangeddín alberga un odio especial hacia los gigantes y se dice que la aptitud natural de los enanos para confundir y derrotar a estos enemigos es un don suyo.

Clero y templos

Populares en las comunidades enanas gracias a sus habilidades marciales (sino por su beligerancia), los seguidores de Clangeddín tienen mala reputación entre otras razas, que les ven como berserkers sedientos de sangre. Mientras que ciertos seguidores verifican indudablemente esa evaluación, la mayoría de los que siguen al Padre de la Batalla saben mucho sobre el movimiento de tropas, tácticas y estrategia militar, y son excelentes consejeros en tiempos de guerra. Sus clérigos realizan entrenamiento militar cada día, y aprenden y enseñan formas de fabricar armas y armaduras. Como buscan hacer a los enanos aún más fuertes en el campo de batalla, siempre están atentos a nuevas tácticas, trampas y armas.

Conocidos como alaghor ("aquellos que demuestran valor en la batalla") los clérigos de Clangeddín Bargênta rezan para sus conjuros por la mañana. Los aniversarios de batallas pasadas tienen una significación especial para los alaghor. En esas ocasiones, los clérigos rompen viejas armas ungidas con su propia sangre y vuelven a contar relatos de héroes caidos que nunca deben ser olvidados. Más inquietantes (al menos desde la perspectiva de sus enemigos) son los frenéticos cánticos de guerra a los que se lanzan los alaghor durante el calor de la batalla. Conocidos como ehontar ("canciones que traen el miedo a los corazones de los cobardes"), estas canciones bajas y zumbantes elevan los espíritus de los enanos próximos, asegurándoles que Clangeddín alistará inmediatamente en su ejército celestial a aquellos que caigan luchando por el progreso del destino de los enanos o protegiendo sus fortalezas. Los alaghor saben que morirán en combate; el que llegue este descanso es sólamente una cuestión de tiempo. Los clérigos de Clangeddín con frecuencia se hacen multiclase como campeones divinos, enanos defensores o guerreros. Algunos pocos obtienen niveles como bárbaros o eran bárbaros antes de seguir la llamada del Padre de la Batalla.

Historia/Relaciones

Clangeddín está aliado con todos los miembros de los Morndinsamman salvo Abbathor, al cual avergonzó en un lejano pasado, obteniendo desde entonces su eterna enemistad (algo que a Clangeddín no le preocupa demasiado, ya que tiene en poca consideración al codicioso y nunca directo Señor de los Tesoros Ocultos). Tiene una gran camaradería con las otras deidades enanas, y trata a Hela como una hija y protegida. Entre otros panteones Clangeddín sabe que puede contar con la ayuda de Guérdal Mano de Hierro, Arvorin, el Caballero Rojo, Torm y Tyr. De acuerdo con Clangeddín, la única deidad gigante buena es una deidad gigante muerta, una teoría que ha tratado de probar repetidas veces (hasta ahora no consiguiendo ni remotamente éxito alguno, pero tiene una cantidad infinita de tiempo, según sus clérigos).

Dogma

Las mejores horas de la raza enana se dan en los asaltos y fintas de la guerra. Aprovecha la oportunidad de defender a tu gente y asegura su victoria cada vez que surja un conflicto. Disfruta con el desafío de una buena lucha, y nunca flaquees frente a la adversidad, no importa cuan ominosa sea. Las vidas nunca deben ser desperdiciadas inútilmente, pero el mayor honor es sacrificarse a uno mismo por la causa en el campo de batalla sirviendo a un fin justo. Cuando no estés luchando prepárate para el siguiente conflicto de manera física y táctica y adquiriendo recursos. Ataca a los gigantes de las colinas siempre que sea posible, y a los otros gigantes malignos siempre que sea necesario.

Fuentes

  • Fes y panteones Accesorio de Campaña para Reinos Olvidados