Nunca encajarán realmente en ninguna sociedad mortal, siendo considerados extraños. Debido a su habilidad para encantar y lanzar maldiciones, algunos son perseguidos por poblaciones supersticiosas. Sin embargo, suelen ser aceptados hasta cierto punto entre las fatas, que miran más allá de los aspectos superficiales como la apariencia. | Nunca encajarán realmente en ninguna sociedad mortal, siendo considerados extraños. Debido a su habilidad para encantar y lanzar maldiciones, algunos son perseguidos por poblaciones supersticiosas. Sin embargo, suelen ser aceptados hasta cierto punto entre las fatas, que miran más allá de los aspectos superficiales como la apariencia. |