Un ataque de furia

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Requiem

Un ataque de furia

Mensaje por Requiem »

… La curiosidad la llevó a ese desierto nuevamente, movida por el codiciado valor de esos diamantes, llevaba varios días de camino y sus fuerzas por el calor del ahogante desierto hastiaban la búsqueda. Pareciese que todo se resolvía, se formaban grupos de exploración, y se repartían sectores para hallar la beta de mineral. Era el momento de preguntarle al líder del grupo que parte correspondería por su ayuda a la misión que desempeñaban.

Le hizo un gesto con los dedos a Göyth de dinero.

- Göyth, ¿qué saco yo con todo esto? – preguntaba con naturalidad. –
- Nada, habéis venido porque habéis querido, Requiem.

No podía creérselo, llevaba andando días por el árido desierto para nada. – Esto me pasa por no haber preguntado antes – pesaba la innata, a lo que le dio la risa por ello.

- Es decir, llevo días bajo este sol, arriesgando el tipo para nada… no Göyth.
- ¡No haber venido! – se escuchaba por todos lados -.
- ¡Y quien se queda con los diamantes! – respondió un tanto enfadada a la muchedumbre-.
- Tuii y Saruka… - se escuchó una voz-.
- Me niego, exijo un pago por mis esfuerzos…

Rápidamente el grupo que la acompañó, actuó como si no existiese, y marcharon dejando solo a los menos expertos. – Ahí te quedas, Requiem… – escuchó de fondo…


- Maldita sea… - musitó -.

Miró a los dos aventureros que con ella pasarían el día y la noche. Enfurecida por el tiempo que le hicieron perder, descargó un poco de rabia contenida con unos cuervos que pasaban hambrientos.

- Algo tengo que hacer, al menos no quedar mal delante de estos, parecen no respetarme como arcana – pensaba mientras estaba sentada al fuego alejada de los dos miembros de la flecha en la fría noche del desierto -.
-
Al cabo de un rato, escucharon uno de los camellos correr despavorido perseguido por un ejemplar de escarabajo gigante del desierto y se le pintó una sonrisa al ver la cara de los dos presente.

- Esta es mi oportunidad para hacerme notar y respetar – pensó Nyx-. Veinte mil monedas de oro y ese camello no correrá la suerte de los cuervos. – comentó Requiem a los aventureros-.

- Que te vamos a dar… - respondieron, saliendo corriendo a por el animal asustado.

- ¡Un camello muerto son cientos de diamantes menos! – gritaba mientras se alejaban -. Nada...esperaremos a que se cansen de correr…
Pasaron unos minutos y miraba al animal con buenos ojos, algo en su interior la forzaría a ayudar al pobre animal. Se incorporó y caminó hacia donde posiblemente pasaría el escarabajo, y pensando en el dinero que perdería por su buen acto, cerró sus ojos y desgarró moldeando un poco del tejido de la urdimbre, y pronunciando las palabras de la poderosa Tromba de Isaac, comprimiéndola en sus manos para potenciar los proyectiles.

- Soy demasiado buena… - musitaba para sí mientras los proyectiles perforaban al escarabajo haciéndolo desplomar -.

Se acercó a la pareja, que ya tranquilizaban al asfixiado animal.


- Me deben una, que lo sepan, si hubiese muerto habríais perdido mucho cargamento para llevar… -sonreía contenta por su capacidad destructiva-.

- No te debemos nada… - respondió de mala forma Hart el explorador-.


- ¿Cómo? No…, os he ayudado con esa… esa… puñetera cosa… - señalando al enorme escarabajo -, ¡me deben mínimo una!... ese camello habría muerto, no tenia por que intervenir…

- No haberlo hecho… no te debemos nada – respondieron casi a dúo –.


La cara de Nyx parecía descompuesta, no le entraba en la cabeza como esa tribu de salvajes llamados la flecha podían ser así de agarrados y poco agradecidos. No quería consentir eso, mejor dicho, no podía consentir eso. Nadie debía reírse de ella, debe ser una persona respetada.


- Por qué me hacen tener que hacer esto… - pensaba cabizbaja acercándose al animal que bebía agua de la pila-.
- Admitan que me deben una – un dedo rojo apuntaba al lomo del camello -.
- ¿Pero qué haces? – replicaron sin poder creer lo que pasaba, mientras llegaban un grupo de exploración-.
- Ojo por ojo...diente por diente… - sonrió Nyx-.
- ¡Qué pasa! – exclamó Relenar exaltado por la escena-.
- Nyx, que ha matado un escarabajo que perseguía al camello y dice que le debemos veinte mil monedas… - respondieron equivocadamente-.
- ¡Admítanlo!, me lo deben… - Exclamó –.
- No entramos al chantaje – respondieron uno a uno alentados por los demás-.

Esto le hizo sentirse mal a Nyx durante un breve instante. Por qué debía pagar el pobre camello, no estaba bien, todo fue culpa de ese mal educado explorador, que menos preció su ayuda; tenía que dejar esta tensión y no pagarla con el pobre animal. Los presentes se hacían poco a poco sonar más, calificándola de loca y degradándola. Los recuerdos negativos empezaban a brotarle por la mente, no escuchaba nada, solo veía lentamente acercarse al bardo Relenar con una sonrisa amistosa y pasar escenas desagradables por su mente. Una mano cálida la cogió de la mano que sostenía las bridas del animal.


- Calmate Nyx, deja el animal tranquilo. – Replicó Relenar con una voz apaciguadora – ¿Qué es lo que te pasa Nyx?
- Tan solo voy a dejar las cosas como debiesen estar. – Replicó la hechicera con voz tranquila pero seca – Este animal debía estar muerto si no fuese por mi intervención.

Unas voces se escucharon al fondo - No cedemos al chantaje Relenar – replicaron en el intento del chico.

- Venga Nyx, ya te lo devolveré yo, sabes que soy de palabra.

La voz del bardo parecía apaciguar a la hechicera, que pronto soltó las bridas del animal. Sus ojos se clavaron con complicidad en Relenar. El devenir de malos recuerdos cesó. Su cara volvía a relajarse.

- Me debes una Relenar, y bien grande, que lo sepas - Decía la hechicera mientras le sonreía y le giñaba el ojo - .
- Está claro que no le pediré nada al chico, pero no voy a quedar por debajo de esta panda de… - pensaba Nyx tras el gesto apaciguador de Relenar-.

Todo habría quedado ahí, su estatus respetado y su posición clara, mas las palabras de Hart fueron decisivas en un brusco e inesperado pensar hasta para Nyx.

- ¡Y ahora márchate de la zona!

Estas palabras clavaron en sus oídos fuertemente. Los recuerdos le brotaron con rapidez a su mente, los abusos que recibió en su infancia cuando vagaba por las calles buscando algo que comer, las violaciones y vejaciones que sufrió en incontables calles, deseando que su sangre elfa no corriera por sus venas y que los años la hicieran rápidamente madurar, ser fuerte y poder defenderse de esos malditos hombre borrachos y desarmados que constantemente la rebajaban a escoria, el hambre y la pobreza; sin duda solo reaccionaria como reaccionó de niña, defendiéndose de aquellos que la rebajaban, con todo su Poder Innato.

Se acercó lentamente señalándolo con el dedo fijo a su pecho llameante de un halo rojo violáceo.

- ¡A mí no me mandas!
- Vete a llorar a otra parte niñita… - replicó el explorador Hart -.

Parecía no comprender la magnitud de sus consecuencias, acababa de enfurecer a la innata como hacía décadas que no lo hacían, y detonó toda la rabia que contenía por los acontecimientos de su infancia, por la impotencia de su adolescencia y el amor perdido de su madurez. Las imágenes de Nirven se concentraban en su mente, solo podía pensar en las injusticias del orden de ese condenado poblado asentado en las frías montañas, rodeado de hipocresía y de valores muertos; ya nadie respetaba la magia, cualquier guerrero parecía cenar todos los días con ella.

Posicionó su mano frente a su cara y como un gato araña una cortina, arañó la urdimbre moldeándola. El tiempo se congelaba mientras el aire se enrarecía por el próximo moldeado. Conjuró con las manos frente a su torso una bola purpura la cual comprimió para hacerla más efectiva y la liberó cerca de ellos, usando su poder nigromántico. Un instante antes de ver como el tiempo tomaba su curso natural, concentró nuevamente su poder, despidiendo decenas de proyectiles. Contempló como rápidamente sus enemigos quedaron inmóviles y no se percató de una personita que se le acercó sigilosamente. Fue el error que nunca debió haber cometido. Sin poder evitarlo le perforó el torso y su mente quedó en blanco unos segundos y proseguidos por el vacio absoluto; no sentía nada, solo soñaba.




Las pesadillas se amontonaban en su decepcionante cabeza.


- Me das penaaa… shabesh? Que dece…ep ¡hip! Deceeehpciooon, no vaales ni meeedia copaaa… – Le decía Dick a un palmo de su cara salpicándola con su saliva -.
- Pues así sea… - Contestaba Lili Diams en su expulsión- .
- Requiem… con esa seriedad tuya algún día te van a dar muerte cuando menos te lo esperes, - le respondía Dexter Paine con una cerveza en su llegada a Nevesmortas – debes tomarte las cosas con más calma.
- Requiem, ¿no? Que nombre tan siniestro, pareces llevar veneno en la sangre – respondía Gorfuk el día que se conocieron-.
- Me has decepcionado… Requiem – le contestaba Nirven, cortándole la cabeza -.


En su alma, lloraba desconsolada, tirada en el suelo y sin saber qué hacer, sus gritos resonaban en la cabeza, por qué… por qué…. Tras horas, el sentimiento de infancia volvía a renacer; solo deseaba morir.

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// Espero que os haya gustado. ^^
Profesor323

Re: Un ataque de furia

Mensaje por Profesor323 »

Muy buena la manera de escribir, se nota que ny esta chapita!
veamos que sale de todo esto ahora.
hitman007

Re: Un ataque de furia

Mensaje por hitman007 »

pobre elfa

ha estado muy buena ^^

¿que pasara ahora? :butcher:
Lerdopatan
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Re: Un ataque de furia

Mensaje por Lerdopatan »

Y yo me lo perdí por buscar diamantes, ¡jooo! Gran relato, buenísimo. //
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Torzai

Re: Un ataque de furia

Mensaje por Torzai »

Ains... Una pasada si. ^^ Muy buen relato. Sobretodo eso ultimo de las pesadillas, y en especial... lo de:

"- Me has decepcionado… Requiem – le contestaba Nirven, cortándole la cabeza -."

Me alegra saber que la marco xD

Felicidades Nyx =)
Malar
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Re: Un ataque de furia

Mensaje por Malar »

hitman007 escribió:Como en estos últimos días planeaba trabajar un poco y hablar con Mok, pero seria un día distinto.

Al encontrarme con el trabajador de Mok, estaba furioso por que en villanieve le robaron sus pieles. Aun que la delincuencia de ese lugar es preocupante no creía que le robaran, por que Mok es muy trabajador y no es mala persona, encima ayuda a los pobladores cuando algunos bandidos entran a molestar.

Decidí ir a investigar, con suerte por el camino me encontré a Evon que me acompaño.

En el lugar de los hechos fuimos sorprendidos por una banda de hombres que contados mas o menos eran cinco de ellos, que sin mediar palabra nos atacaron. Vestían ropas negras sin ningún símbolo que los identificara dentro de un grupo y su estilo de combate era sorprendente, tenían una agilidad sin igual y conocían muy bien las partes del cuerpo delicadas que pueden cortar, lo comento por que conozco ese tipo de combate que yo misma uso también para debilitar al adversario, pero viéndolos mas detenidamente parecían asesinos profesionales muy bien entrenados.

Lastimosamente todos fueron dados de baja sin la posibilidad de capturar uno con vida, le comente a la flecha ya que ellos parece que también están investigando el asunto.

Al otro día escuche el rumor de que la flecha estaba preparando una expedición a nuevas vetas de minerales. Como joyera que soy, fui corriendo a preguntar si era verdad y unirme con el permiso de ellos.

Muy amables aceptaron que los acompañara, en la posada tomamos camellos por que cruzaríamos el desierto. lastimosamente no pude defender mi camello que lo llame juancho, unos sujetos montados aparecieron entre los arboles para atacarnos, me pregunte todo el camino de quienes se trataría.

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llegamos al punto especifico guiados por el señor de nombre Goyth, en el lugar respectivo montamos un campamento para descansar y trabajar como nos indicaría.

Pues bien al otro día las ordenes eran simples, una división en dos grupos, trabajaríamos tres días y volveríamos al campamento, algunos se quedaron en el campamento principal.

Partimos para trabajar junto al señor Tuii Relenar y la señorita Aerwin, pero no seria un viaje tranquilo como me lo imagine. Encontramos un campamento de hombres armados hasta los dientes, (hablando con la dama Aerwin sospechamos que son del grupo llamado Zhentarims).

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Me parecía bien tratar investigar sobre ese campamento, adentrándome sin ser vista, pero lastimosamente nuestro amigo Relenar se convirtió en dragón y no funciono el plan, ni el plan de emboscarlos, llamo mucho la atención, lo que provoco un ataque de un gran grupo de ellos.

Lo sorprendente de esto; entre sus filas de hombres montados, arqueros y soldados aparecieron sujetos con la misma descripción de quienes nos atacaron en Villanieve, este grupo esta muy cerca de la villa.

Corrimos a avisar al campamento principal pero nos encontramos con el problema de Nyx que esta en las celdas de la guardia ahora mismo.

Nyx

No podíamos organizarnos por el problema de Nyx.

Cuando llegamos, al parecer quería asesinar al camello por que según ella le debíamos una paga por acompañarnos, desconozco si alguien le prometió tal cosa, en todo el viaje pensé que ella al igual que yo o el señor Dublin se unió libremente sin esperar algo a cambio.

Mientras el señor Hart Agama y Relenar intentaban tranquilizar a Nyx y despedirla por conflictiva yo prestaba atención que no fueran a atacarnos aquellos hombres, pero con el paso de las palabras todo el ambiente se tornaba mas agresivo. miraba y escuchaba la discusión como también miraba el horizonte esperando un ataque.

Cuando escuche un movimiento brusco mire a todos frente a Nyx y en un parpadear todo terminaron en el suelo, sin pensarlo intente atontarla pero al fracaso de no ser tan poderosa como esa arcana y ver como dejo al resto de mis amigos corrí para detenerla, me lanzo misiles mágicos pero mas poderosos que los que se ven normalmente, era muchos, aun así seguí adelante para dejarla incapacitada, Gracias a Tymora que logre detener a Nyx. Sin perder el tiempo ayude a mis amigos, gracias a los dioses y la varita que me regalo mi antiguo maestro antes de mudarse, todos ellos volvieron a respirar.

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Le presento esta carta comentándole lo sucedido este largo y trágico día.


A continuación la lista de presentes que fueron golpeados por la furia de esta arcana que no se si llamarla asesina o desequilibrada mental.

Aluriel Lathaniel
Hart Agama
Aerwin Rydraluin
Relenar
Sharuka Gutenbert

--
El señor Gorfuk y Sharuka la presentaron en la puerta, ahí la guardia la llevo y encerró en una de sus celdas, El señor Gorfuk se quedo observándola.
La Bestia (parda)
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Re: Un ataque de furia

Mensaje por Malar »

Gorfuk escribió:Decepción

"Yo me quedaré en el oasis, nos encontraremos en unos días"

"Göyth, maldito elfo cobarde, te gusta dar ordenes y cuando te cansas, desapareces". Ese pensamiento cruzó la mente de Gorfuk como un rayo cuando El Guardián se giró y desapareció, escupió al suelo con un gesto cargado de ira. Tras un breve descanso, se encaminó junto con Dublin de nuevo al campamento. La caminata estuvo apenas exenta de problemas y al ser de noche, la temperatura había bajado lo suficiente como para ser soportable. El enano y el semiorco no imaginaban lo que les esperaba.

Al llegar, vieron a la práctica totalidad del campamento tirados por el suelo, malheridos. Cuando vio a Nyx también malherida y maniatada, Gorfuk se lanzó a socorrerla. Se paró en seco y ahí comenzó la discusión. Aquello parecia subrealista: ¿cómo era posible que aquellos a los que siempre defendió prefiriesen trozos de diamantes, vender su honor e insultar? Si bien Nyx había actuado con demasiada fuerza, seguramente fue provocada, la conocía bien y no actuaría de ese modo sin un motivo suficiente.

Lo único que sacó en claro tras dejar a Nyx en la cárcel, era que la organización de La Flecha eran poco mas que unos sucios mercenarios dispuestos a venderse por el mejor trozo de diamante. Se prometió que, si a Nyx le pasaba algo, escupiría en sus nombres. Bastardos.
.
La Bestia (parda)
Stilgar

Re: Un ataque de furia

Mensaje por Stilgar »

//yo con el rollo de la tormenta de nieve estoy sin luz (ni agua, y ya hace mas de 24 horas, pague usted impuestos para esto, oiga) en casa, cuando vuelva subo mi parte
Lerdopatan
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Re: Un ataque de furia

Mensaje por Lerdopatan »

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Stilgar

Re: Un ataque de furia

Mensaje por Stilgar »

Por fin, después de un par de días empaquetando víveres y enseres, nos pusimos en marcha. Iba a ser un largo periplo, eso seguro, solo contábamos con las vagas indicaciones de aquel anciano, y algo vago en el Anauroch significa jornadas interminables de búsqueda. Por suerte para nosotros el maese Dublin, y una joyera de nombre Sharuka se unieron gustosos a nuestra expedición. Cuantos más ojos, brazos y piernas tuvieramos de nuestro lado, mejor.

Al llegar a la posada de la bifurcación decidimos hacer alto y terminar de abastecernos en el último sitio civilizado que nos encontraríamos. En las horas que allí pasamos curiosos y viajeros iban yendo y viniendo, todos parándose, todos preguntando, ninguno obteniendo respuesta. Supongo que llamábamos la atención, y decir que partíamos en búsqueda de una veta de diamantes azules solo habría provocado un estallido de expediciones improvisadas hacia el desierto, en una carrera suicida por ser el primero en llegar.

Poco antes de partir apareció Gorfuk, no tardó mucho en decidir acompañarnos. Le noté algo abatido y distante, pero lo achaqué a las largas jornadas que pasa ayudando a levantar las ruinas del campamento de la Horda. Por mi no había problema, Gorfuk había demostrado ser de confianza una y mil veces, y sus hachas siempre son más que bienvenidas.

Emprendimos la marcha al este, hacia Ascore, y no fue hasta que llevabamos unas cuantas horas de camino que me percaté que una arcana, de nombre Requiem, seguía a la caravana. Miré instintivamente a los Guardianes, y como no parecían a disgusto con su presencia, no le di más importancia.

Pasaron los días, caímos en un par de emboscadas, nos enfrentamos a los Umbras en su propia casa y conseguimos atravesar esas ruinas malditas. Y aunque solo dos de los tres camellos volvieron a pisar la arena de su hogar, el balance era excelente. Levantamos campamento para reponer fuerzas y decidimos el siguiente movimiento en base a las indicaciones de aquel anciano: Al norte, siempre al norte.

Después de cinco largas jornadas de navegación por el desierto, cargando con el lastre que suponen dos camellos asustados, Goyth dió el alto y la orden de levantar un campamento. Mientras algunos montábamos tiendas, hacíamos fuego y preparábamos un precario abrevadero para los animales, otros, bajo la tutela de Goyth, decidían dividirse en dos grupos que partirían al este y al sur respectivamente. Al ser más ágiles por no tener que cargar con animales podrían batir un area mucho mayor del Anauroch. Vi a la tal Requiem discutir con el elfo Guardián, pero este zanjó las discusiones con palabras que no llegué a oir.

A Aluriel y a mi nos habían arrebatado por la fuerza los mapas del desierto unas dekhanas atrás, y la prudencia dictó que los dos nos quedaríamos a cargo del campamento. Sin más ceremonias los grupos partieron en busca del yacimiento de gemas, y Aluriel y yo nos preparamos para combatir el tedio que supone controlar un campamento temporal en medio del desierto.

La arcana no partió con ninguno de los grupos, cosa que me extrañó. Le pregunté que por qué no iba con ellos, pero solo obtuve un gruñido y una mueca de desprecio por toda respuesta. Así estuvieron las cosas durante largas horas: Aluriel ojo avizor, cargando con la responsabilidad de la vigilancia; Nyx bastante apartada, sumida en sus pensamientos, y yo... pues combatiendo el calor como mejor sabía. El silencio que manteníamos solo se vió quebrado en un par de ocasiones, y no se quebró con palabras, sinó con gruñidos y ruido de acero cuando las alimañas del desierto nos atacaban.

En un momento dado el camello de Tuii pareció enloquecer sin motivo aparente y se escapó. Aluriel y yo corrimos detrás suyo, pero el camello se había fijado el objetivo de molestar a un gigantesco escarabajo que dormitaba bajo el sol abrasador del desierto. Durante largo tiempo estuvimos intentando sujetar al camello, pero no hubo forma. Por suerte para él los cabezazos y pisotones que propinaba parecían no inmutar a aquella gigantesca criatura. Y, a pesar de no despertar la ira del escarabajo, aquel estúpido camello provocó que todo el plan se fuera al carajo.

Nyx se acercó, y viendonos batallar con el camello nos hizo una propuesta: veinte mil monedas de oro por acabar con aquel escarabajo. Una propuesta absurda: No lo dije en aquel momento, pero de haber llevado oro encima, le habría dado cincuenta mil por tranquilizar al camello. De todas maneras Nyx estaba convencida de que el escarabajo era el problema, sin pensar que cuando hubiera terminado con el escarabajo el camello habría salido corriendo tras un cuervo, o cualquier cosa que pasara por allí. Tras una breve discusión en la que nos negamos en redondo a pagar por un servicio innecesario Nyx decidió terminar con el escarabajo de todas formas, reduciendolo a polvo con una tromba de mágia.

Según ella había acabado con el escarabajo, con lo que se otorgó el derecho de exigirnos el pago que ella había acordado consigo misma. Al escuchar otra vez nuestras negativas, y sin mediar palabra, sujetó al camello y apuntó un dedo que brillaba como el mismo Sol hacia el. Entre chillidos histéricos nos hizo saber el nuevo trato: veinte mil monedas y el camello seguiría con vida. En esas estábamos cuando llegó Relenar, su sonrisa por haber encontrado el yacimiento se trocó en mueca de disgusto al ver la situación, inmediatamente se fue hacia Nyx e intentó calmarla.

Mientras Relenar procuraba tranquilizar a la arcana, se me ocurrió que estando en el desierto, donde una cantimplora llena tiene tanto valor como la más engarzada de las espadas, podría hacer entrar en razón a Nyx. Cogí su saco de dormir y le dije que, o soltaba al camello, o tendría que dormir rebozandose de arena durante el resto de la expedición. Ella soltó una larga carcajada y me dijo:

- Soy una arcana, estúpido, puedo volver a casa cuando quiera
- Pues volved entonces, ya no sois bienvenida en este campamento, y sin saco tendreis que dormir al raso.

Nyx montó en cólera, y exclamó como una criaja malcriada:

- Tu no me mandas! Tu no me mandas!

Su dedo ya no apuntaba al camello, me apuntaba a mi. El resto de artesanos de la Flecha iban llegando, quedandose pasmados intentando comprender la situación. Nyx seguía con su retahila de gritos. Harto, me encaré a ella y le espeté:

- Callad u os daré las dos bofetadas que vuestro señor padre no os dió en su momento!

Aluriel intervino separandonos, persuasiva como es ella, me fui a un rincón a tragarme mi enfado y a desentenderme del asunto, pero al girarme y dar dos pasos noté un calor extraño, y luego nada más.

Pasado un rato me desperté, y lo primero que vi fue la sonrisa aliviada de Sharuka, giré la cabeza y tres compañeros mios yacían inertes a pocos pasos de mi, Sharuka se fue hacia ellos y uno por uno los fue trayendo del otro barrio. Nyx, en su rabieta, nos había matado a todos, incluso a Relenar.

Al parecer, en el fragor de la discusión también había llegado Sharuka, justo a tiempo para ver como Nyx acababa con todos nosotros, Nyx también la atacó a ella, pero Sharuka fue lo bastante hábil como para no sucumbir y reducir a la arcana. Cuando volvimos a la vida Nyx ya había sido capturada por la mediana.

Rojo de ira recapitulé: la expedición había sido un fracaso, y no por culpa del Anauroch o a causa de los peligros que allí habitan, ni siquiera la Red Negra nos había hecho fallar. Había sido un miembro de la expedición el que había dado al traste con nuestros planes.

Aunque ahora, en frío, mientras escribo estas lineas pienso que la culpa quizá sea nuestra, por habernos dejado acompañar por cualquiera. No me arrepiento de no haberle dado el oro a Nyx, eso está claro, cualquiera que tenga más inteligencia que un trozo de cobre sabría que una vez que hubieramos pagado las veinte mil monedas le habríamos dado carta blanca a Nyx para hacer lo que le viniera en gana: Veinte mil monedas más por matar un escorpión, veinte mil más por dejarnos seguir respirando una hora más. No sé como deberíamos comportarnos a raiz de esto que he narrado, quizá solo debamos confiar en miembros de la compañía para las expediciones, claro que entonces Sharuka no habría venido... Gracias al Roble por habernos enviado a aquella mediana, de no haber sido por ella Aerwin, Aluriel, Relenar y yo habríamos sido pasto de las alimañas. Estamos en profunda deuda con ella.

//perdón si falta algo o si algun trozo es inconexo o algo así, es que está volviendo a fallar la luz y ya es la cuarta vez que hago el post :cry:
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